miércoles, 16 de febrero de 2011

Tomás de Aquino, Suma teológica, De la Bondad de Dios

Este texto que presentaré de Tomás de Aquino se dividirá en una serie de cuestiones, una de ellas es De la bondad de Dios, y es en esta cuestión donde se verá que los seres apetecen su propia perfección, pero al apetecer estos su propia perfección apetecen al mismo Dios, del cual se dirá: “Dios es el sumo bien, y no sólo en algún género u orden de las cosas, sino en absoluto”[1].

Es decir que de Dios provienen todas las perfecciones deseadas, ya que Dios es la causa primera, entonces podemos decir que por ser causa primera el bien está en Él, y es por ello que llamaremos a Dios sumo bien. Por lo tanto nadie es bueno sino sólo Dios, al cual vamos a ver como el bien por excelencia.
Se dirá entonces que sólo Dios es bueno esencialmente, porque sólo de Él se identifican la esencia y el ser y porque no le sobreviene accidente alguno, “pues lo que en otros es accidental, como el poder, la sabiduría y otras cualidades, en Él es esencia”[2], esto porque Dios no está subordinado a otras cosas como fin, sino que el vendrá hacer el fin último de todas las cosas.
Por lo tanto las cosas en cuanto participan de Él que es ser y bueno por esencia, pueden tomar la denominación de ser y buenas por esencia, entonces diremos que las cosas son también buenas por la semejanza de la bondad de Dios. De este modo resultará que hay una bondad común a todos los seres y también hay múltiples bondades.
Cuestión Siete
De la infinidad de Dios
En esta cuestión veremos que los antiguos filósofos atribuyen al primer principio el carácter de infinito, lo que vendrá a decir Aristóteles será: “es esto razonable si se toma en cuenta que del primer principio emanan infinitas cosas”[3]. Veremos pues que se le llama infinito a lo que no tiene límites. Lo que se plantea en esta cuestión es que algunos filósofos se engañaron acerca de la naturaleza del primer principio, siendo lógico que se engañasen también respecto a su infinidad; ya que estos aceptaban un primer principio material, y es por ello que se ven obligados a atribuirle una infinidad material, diciendo: “el primer principio de las cosas es un cuerpo infinito”[4], es a qui donde veremos que en cierto modo, la materia está limitada por la forma, y la forma por la materia, lo está la materia de la forma, porque antes de recibir una forma determinada está en potencia para recibir otras muchas.
“La forma no sólo no recibe perfección alguna de la materia, sino que más bien está restringe su amplitud, por lo cual la forma determinado por una materia tiene carácter de algo perfecto”[5]. por lo tanto puesto que es ser divino no está concretado en nada, sino que Dios es su mismo ser subsistente, es indudable que Dios es infinito y perfecto.
Cuestión 9
De la unidad de Dios
En esta cuestión nos enfrentaremos con el problema del uno el cual no significa otra cosa que el ser no dividido, por lo tanto el uno se vendrá a identificar con el ser. Es aquí donde tenemos la presencia de dos filósofos que son Pitágoras y Platón, los cuales convencidos que el uno es semejante al ser no le añaden nada, y como ven que el número se compone de unidades, vendrán a creer que los números son las sustancia de todos los seres.
Si Dios es uno
Esta cuestión se puede demostrar de tres formas, por su simplicidad, por su infinita percepción y por la unidad del mundo, entonces Dios vendrá hacer uno y único ya que lo que ocupa el primer lugar ha de ser lo más perfecto en cuanto tal y no accidentalmente, y es por ello que se dice que lo primero que somete todas las cosas al mismo orden necesariamente ha de ser uno y único.
Cuestión 12
De la manera como conocemos a Dios
Se verá que la felicidad ultima de la criatura racional está en lo que es principio de su ser, ya que en tanto es perfecta una cosa en cuanto se une con su principio, “el conocimiento se verifica al modo como lo conocido está en lo que conoce”[6]. Por lo tanto, lo natural para nuestro entendimiento es conocer las cosas que no tiene ser sino en la materia, ya que nuestra alma por la que conocemos, es forma de una materia.
Si hay algún nombre que convenga a Dios
En esta cuestión se verá que no podemos ver a Dios por esencia, pero lo conocemos por las criaturas en calidad de principio. Si se tratan de los nombres que se asignan a Dios en sentido negativo o los que significan su relación con las criaturas, es indudable que signifiquen su substancia.
“Lo mismo que Dios es causa de los bienes, lo es también de los cuerpos; por lo cual cuando decimos; Dios es bueno, no damos a entender sino que es causa de los bienes, también podemos decir que es cuerpo, pues es causa de los cuerpos”[7].
“Se verá un poco imposible decir cosa alguna de Dios y de las creaturas en sentido univoco”[8]. La razón de esto es porque todo efecto desproporcionado con el poder activo de su causa agente recibe la semejanza del agente no total y perfecta.
Ahora bien los nombres que se dicen de Dios en sentido metafórico, antes se aplican a las creaturas que a Dios, porque al aplicárselo a Dios, no significa más que tiene algún parecido con las creaturas. Al decir que Dios es bueno y sabio, no sólo expresamos que es causa de la sabiduría o de la bondad, sino que estas cosas preexisten en Él de modo más elevado.
Para ir concluyendo con este tema veo pues que no podemos conocer la naturaleza divina hasta el punto de saber qué cosa es, más que por medio de eminencias, casualidad y negación, según se ha dicho anteriormente. “Dios, considerado en sí mismo, es absolutamente uno y simple, pero como nuestro entendimiento no puede verle tal cual es, le conoce por distintos conceptos, sabe que a ella le corresponde una e idéntica realidad.”[9]

Bibliografía
Fernández, Clementes, Los Filósofos Medievales, selección de textos, BAC, 1970, Tomo II



[1] Fernández, Clementes, Los Filósofos Medievales, selección de textos, BAC, 1970, Tomo II, Pág. 498.
[2] Ibídem, §2. 293, Pág. 499
[3] Ibídem, §2. 296, Pág. 501
[4] ibíd.
[5] Ibídem, §2. 296, Pág. 501
[6] Ibídem, §2. 304, Pág. 506
[7] Ibídem, §2. 312, Pág. 511
[8] Ibídem, §2. 316, Pág. 513
[9] Ibídem, §2. 332, Pág. 522

3 comentarios:

  1. Juan Carlos:
    Me parece que sería oportuno aclarar el concepto de infinito según lo entendían los filósofos medievales, pues yo tengo entendido que ni éstos (ni tampoco los griegos) alcanzaron a comprender el termino de infinito.
    Por lo del conocimiento de Dios y el problema de cómo nombrarlo me parece que todavía se basa mucho en el aporte de Pseudo-Dionisio.

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  2. Por un lado me queda claro que Dios por su infinita bondad hace a los hombres participar del bien supremo, de tal manera que los hombres por naturaleza son esencialmente buenos, sin embargo Tomás de Aquino en este texto no expone algo sobre la desviación de la voluntad del hombre que lo lleve a perder esta bondad contenida en su esencia. y además si se dice que ningún ser es mas bueno que Dios, ¿cómo es concebida la bondad en el hombre?

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  3. Concluyo contigo que es imposible conocer el Ser de Dios como tal; y debido a esto Tomás nos propone un método ascendente para el conocimiento y comprobación de la existencia de Dios. Son las cinco vías para el conocimiento de Dios, creo que este tema de las cinco vías sustentaría un poco más tu explicación (a pesar de que no esté dentro de tu lectura).

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