En el presente texto haré un análisis del escrito de San Alberto Magno, aquel conocido como Metafísica donde expone el tema bajo varios tratados.
En un primer tratado, manifiesta a la ciencia (refiriéndose a la metafísica) como una, es decir, que “han sido reducidas al ente como partes suyas, y siguen al ente en cuanto tal”1, aunque trate de muchas cosas esta misma ciencia. El ente posee una unidad de analogía, misma que de todas esas cosas diversas son de uno solo y el modo de esta ciencia es diverso en cada una de ellas, es simplemente uno, lo mismo sucede con la sustancia que “es simplemente ente y del mismo ente es la cuantidad y algo del mismo es la cualidad”2.
Por otra parte, hace un comentario de los sentidos, donde a través de estos sólo el hombre puede sentir y recibir el conocimientos de los objetos sensibles, por ello, es el único que se deleita en el uso de los sentidos en sí y accidentalmente, por el sentir mismo. Los demás animales no pueden hacer esto, solo con lo que reciben con lo sentido, llegan a comunicarse con alguna reacción que les lleva a su bienestar o malestar pero nunca se deleitan con los objetos sensibles.
En otro tratado, busca hacer una división de la metafísica sobre el ser que si bien es simple, supone el ser mensurable, le parece que es una ciencia que no puede entablar los principios de dicho ser. Incluso comparte una frase de Boecio, del De hebdomadibus, “todo lo que es, de un principio tiene el ser, y de otro el ser esto”3, añadiendo que” el principio y la causa se vuelven algo del ente y que siguen al ser”4; ya que el ser puede ser el acto del ente o de la esencia pero se termina cuando aquello que es el ser es es añadido al ente y lo hace formar número.
Sin embargo, existen impedimentos en la especulación de la verdad. En unos, “si no se les demuestra matemáticamente las cosas que se les dicen, no les dan su asentimiento”5, en ellos, no prevalece mas que la imaginación sin ser capaces de aceptar la existencia de las cosas. Por si fuera poco, en otros, que se demuestre en sus sentidos. Nada productivo hay en ellos por que no alcanzan a entender la certeza de que la verdad se obtiene por vía filosófica, conforme se integran los estudios filosóficos ya que una verdad puede obtenerse por vía silogística.
Aunque no del todo puede darse paso a estas declaraciones sino que en un capítulo da aspectos que les llama remedios en contra de estos impedimentos. Un apoyo lo basa en la lógica, las ciencias lógicas que permiten la capacitación para razonar silogísticamente sobre cualquier problema, gracias a ellas seremos capaces de discernir lo cierto de lo retórico y lo poético”6, de ahí que la mayoría de las veces se inclinan al error en todas la materias, dando el siguiente paso hacia el modo común de argumentar, de esta manera, sabiendo discernir el modo propio de cada materia.
Antes de continuar en el siguiente apartado, hay un tratado donde expone a la naturaleza, del universal y de los accidentes que le siguen. La naturaleza, nos dice, “es un universal simple, es existente en sí, consta de sus notas o elementos que la definen”7, además, si es en esta la que constituye la definición, constituye absolutamente en su quididad, pero no unida en alguna propiedad o accidente. Y da el siguiente ejemplo: “si decimos que el hombre precisamente en cuanto hombre, existe, o es hombre, su ser no depende de que esté en el entendimiento o en un sujeto”8. Con esto, si se toma una naturaleza absolutamente simple no tendrá definición y el universal no es mas que un ser de razón; éste se contituye en cuanto que se concibe algo como uno en todos. A través del entendimiento, tiene que ser uno predicable de muchos en cuanto que algo no está separado de todos.
Además, muestra San Alberto Magno el texto de suma teológica, donde busca dar argumento sobre la esencialidad de Dios.
Sobre este punto desglosa la pregunta ¿Porqué verdaderamente y porqué propiamente?, misma que surge de San Agustín: “Dios es verdadera y propiamente”9, llevando a decir que ambas (verdadera y propiamente) colocan al ente o a lo que es y al ser y en aquello en que son idénticos lo que es y el ser, no tiene nada mezclado. Si aquello en lo cual existe algo diverso, compete a Dios el ser propia y verdaderamente. Ya que si hay cosas que se dan accidentalmente, como “lo es el animal y el hombre, le es accidental al animal ser hombre pero no es accidente el animal ni el hombre”10, es accidental el ser a las cosas existentes que han sido creadas. Si sobre Dios se cuestiona su existencia no puede haber una respuesta porque no tiene nada anterior a sí, es decir, no tiene antes de Sí lo que es causa de que ella exista, no le es accidental.
En un tratado, comenta que “según la fe católica la verdad es desde la eternidad”11, que la manifiesta como aquella luz divina que determina asignar a cada cosa lo que es, tambien no ser lo que no es, sino del modo como el efecto existe, de forma efectiva, esto solamente en Dios, donde la creatura existe en el creador como esencia creadora, algunos filósofos designan a la causa no como causa sino como causado.
Otro aspecto es sobre la bondad en sí misma, donde tiene un origen distinto del ser y de otro. “por una única bondad primera”12, diciéndonos que todos lo bienes son buenos con una bondad, la bondad primera, todos estos bienes son buenos aunque unos de manera ejemplar y otros relativos, ya que unos serían buenos pero con bondades diversas en número, especie y género.
En otro tratado, nos va adentrando en la divinidad en la forma de entender la inteligencia, en una naturaleza divina, de un modo entendida en el lenguaje. Pues nos dice: “el objeto entendido es expresado del modo como es entendido”13, desde su esencia, una entidad realmente indiferente y con simplicidad indiferente, evitando que el ser se disuelva, por el contrario, que subsista. Por ello si se entiende al ser divino en el sujeto en el que está, éste es distinguible y determinable por la aptitud de que es sujeto.
Hay un tratado que habla de los nombres que convienen a Dios. Crear, al decirse en muchos sentidos, y lo mismo Hacer, tienen relación con el término nada. “nada” significa lo que es absoluta y simplemente nada”14 careciendo de un principio esencial sino un principio intrínseco. Lo mismo sucede con el Hacer que en semejanza con la nada, es crear. La palabra creador, significa a la esencia divina15, en la forma de pasar de la nada a la existencia. De ahí que no sea una opción de la humana inteligencia, sino un artículo de fe.
Dentro de las cosas que se dicen de Dios por metáfora y semejanza enuncia que la pluralidad de los nombres o de los atributos divinos, proviene, según la filosofía y la teología, de la suma perfección y eminencia de la sustancia divina16, es decir, que la derivación de estos provienen de lo que él llama “clases de bondad”, conforme a la existencia de cada uno, según la relación en que se hallan con la vida, con el sentido y con la inteligencia17. Así a Dios se le llama la esencia por la cual EL es, y al hombre, la esencia por la cual es, y el ser es común a Dios y a la creatura; “esos nombres se predican de Dios y de la creatura por orden de prioridad y de posteridad”18.
Bibliografía:
“San Alberto Magno metafísica, suma teológica” en: Clemente, Fernández, Los filósofos medievales, selección de textos, Tomo II, BAC, Madrid 1979. p. 190-215
1Fernández, Clemente, Los filósofos medievales Tomo I, BAC, Madrid 1979. p. 191
2Ibidem.
3Boecio, De hedomadibus. (PL 64, 1311), ed. Peiper 169, v. 39-40). Los filósofos medievales I n.900, en: Fernández, Clemente, Los filósofos medievales Tomo I, BAC, Madrid 1979. p. 193
4Fernández, Clemente, Los filósofos medievales Tomo I, BAC, Madrid 1979. p. 191
5Ibidem. p. 194
6Ibidem. p. 195
7Ibidem. p. 197
8Ibidem. p. 198
9Ibidem. p. 199
10Ibidem. p. 200
11Ibidem.
12Ibidem. p. 202
13Ibidem. p. 204
14Ibidem. p. 206
15Ibid.
16Ibidem. p. 209
17Ibid.
18Ibidem. p. 211
No me queda claro las relaciones que se establen en el texto, sobre todo al integrar el concepto de verdad y la vía filosófica para lograrlo.Cuál es la intención del autor para integrarlo.De igual manera,¿es hacer una división de la metafísca sobre el ser o, hacer una división metafísica del ser?
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