jueves, 17 de febrero de 2011

Tomas de Aquino, Suma contra los gentiles, las sustancias intelectuales

Aquí nos enfocaremos a intentar analizar los últimos capítulos que corresponden al tercer libro de este tratado de Tomás Aquino. En estos capítulos se presentan temas muy particulares como son el ser y la sustancia intelectual. Debemos aclarar que no se puede entender a profundidad los planteamientos de este autor sin antes conocer que esta sumamente influenciado por el pensamiento aristotélico, así como tener nociones de los pensamientos de algunos filósofos musulmanes como Averroes para poder ir siguiendo el desarrollo de sus temas.

Como ya dijimos, son los últimos capítulos del tercer libro que vamos a analizar y es con la cuestión de las sustancias intelectuales con la que nos encontramos de entrada. Se comenta que las sustancias intelectuales tienen libertad para obrar, es decir, que determinan o eligen cómo obrar y esta característica sólo lo tienen aquellos que poseen el entendimiento: cap. XLVIII, 1.993. “Por tanto, todos los seres intelectuales gozan de la voluntad libre, proveniente del juicio del entendimiento. Esto equivale a tener libre albedrio, cuya definición es el dictamen libre de la razón”.

Posteriormente se pasa a la diferenciación que se hace entre los seres intelectuales como algo que es y el ser de donde provienen, es decir, que hace la diferencia de los seres intelectuales entre las sustancia y el ser, esto es, entre la esencia necesaria y lo que son o lo hacen ser a los seres intelectuales. Hemos de mencionar que Tomás de Aquino distingue a los seres intelectuales de los otros seres, ya que los primeros existen pero no están determinados por la materia, es decir, son incorpóreos [p.e. ángeles].

También se establece en estos fragmentos que las sustancias intelectuales no tienen cuerpo o materia, aunque sí existen pero sin ellas y estas sustancias son originadas por un agente [Dios] que otorga el ser.

Ya a finales del tercer libro se plantea otra cuestión, ésta es refutación contra los que opinan que el entendimiento y el sentido son una misma cosa. A la cual responde:

Cap.. LXVI, 2.012. “El sentido conoce únicamente lo singular, pues toda potencia sensitiva conoce por las especies individuales, porque recibe las especies de las cosas a través de los órganos corpóreos. El conocimiento, sin embargo, conoce lo universal, como se demuestra experimentalmente”.

Con esto podemos entender que los sentidos captan las cosas externas de cada ser, éstas son las cualidades que poseen corporalmente. Mientras que el entendimiento puede conocer las cosas incorpóreas y comunes en las cosas [lo universal] como por ejemplo la sabiduría, el bien, la justicia, etc.

Por último, se nos presenta la cuestión: de qué modo la sustancia intelectual puede ser forma del cuerpo. A la cual se puede observar, primero, que sí se puede y en segundo lugar, que puede llegar a serlo en cuanto la forma y la materia convengan en un mismo ser. Puesto que la forma necesita de la materia para poder realizar su potencialidad. Cap. LXVIII, 2.019. “Más, aunque el ser de la forma y de la materia sea uno, no es necesario, sin embargo, que la materia se adecue siempre al ser de la forma”. Expresando que la forma puede superar a la materia pero la materia no. En relación al ser humano, esta unidad de forma y materia se presenta como alma, que es el grado más alto de la sustancia intelectiva. Por eso, sí puede la sustancia intelectiva unirse como forma al cuerpo, ya que, cap. LXVIII, 2.024como el entender del alma humana precisa de potencias que obran mediante órganos corpóreos, es decir, de la imaginación y del sentido, por eso mismo se comprende que naturalmente se une al cuerpo para completar la especie humana”.

Bibliografía

FERNANDEZ, Clemente S.I, “Suma contra los gentiles” en, Los filósofos Medievales, selección de textos, Tomo II, BAC, Madrid, 1979, pp. 369-387..

Abbagnano, Nicola, “sustancia”, “esencia”, “forma”, “ser”, “existencia” en, Diccionario filosófico, [trad. Alfredo N. Galletti], 2a edic., FCE, México, 1974.

2 comentarios:

  1. Me parece, que el sentido que se maneja en Santo Tomás, es hacer notar la diferencia entre la sustancia material y la intelectual; ante esto, me quedó una pequeña duda ¿las sustancias intelectuales, tienen libertad para obrar según su entendimiento propio, o según el entendimiento en cuanto a Dios?, por ser sustancias espirituales ¿gozan de libertad libre o asumen una libertad otorgada por Dios?

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  2. Considero que profundizas ampliamente en la parte epistemologica del hombre desde la visión Tomista.
    Me surge una duda respecto a los términos de sentidos y entendimiento en Santo Tomás ¿el santo está proponiendo que el entendimiento y los sentidos son dos realidades presentes y divergentes en la persona, o son complementarios? me refiero a si propone una distinción clara entre éstos, discriminando a los sentidos y enalteciendo al entendimiento.

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