jueves, 10 de febrero de 2011

Santo Tomás de Aquino- Sobre la Verdad

Santo Tomás de Aquino- Sobre la Verdad

En el tratado Sobre la Verdad que vamos a estudiar es parte del compendio de Cuestiones Disputadas de este santo. Primero Santo Tomás desglosa la verdad en el ente o el ser y lo que se le agrega, que son las propiedades o conceptos que nos formamos de ese ser. Viendo que al ente no se le puede agregar nada, pues esto no sería parte de su naturaleza, lo expresado del ente debe de ser ya intrínseco a éste, por lo que lo que se expresa de el ente es en realidad solo un modo especial de el ente mismo. O la otra manera de expresar algo sobre el ente sería que lo expresado “acompañe universalmente a todo ente.”[i] Pero si es algo que acompaña a todo ente, es parte de su esencia, y de aquí que el ente se vuelve un ser (essendi) y toma para su discusión el termino de res que expresa la quididad.

Sigue Tomás de Aquino con el alma, que sería el único ente que se agregaría por conveniencia al ser, ya que el alma sería el único otro ente que podría tener correspondencia con todo el primer ente. Y de la verdad en el terreno de el alma, que es el bien, trata la Ética, por lo que Santo Tomás ya no lo trata.

Para dar un marco conceptual, se trata sobre diferentes definiciones de la verdad, como la de San Agustín “Agustín en el libro De vera religione: La verdad des aquello por lo que se muestra lo que es [...] Verdad es aquello según lo cual juzgamos los seres inferiores”

De esto, empieza Santo Tomás a explorar si existe la verdad y en caso afirmativo, donde se puede encontrar. El primer enfoque que toma es que la verdad pudiera estar fuera a las cosas, sólo en el entendimiento humano. Y este enfoque hace que la verdad se diferencie como un movimiento anterior o posterior, o sea que es consecuencia del objeto o que es causada por el objeto. Este movimiento de la verdad es causado por la realidad, pero la verdad está dada en cuanto se ajusta al entendimiento.

Así, Santo Tomás muestra que el entendimiento se divide en dos, uno que es la medida de las cosas: “El entendimiento práctico causa las cosas, por lo cual es medida de las cosas.”[ii] Y el entendimiento especulativo, que recibe de las cosas, es causado y es movido por ellas. El primer entendimiento es el de Dios, y el segundo es el del hombre.

Así Santo Tomás hace una pequeña síntesis de lo que es la verdad terrena: “la verdad se dice con prioridad de la composición y división del entendimiento; en segundo lugar, de las definiciones de las cosas, en cuanto que en ellas va implicada una composición verdadera o falsa; en tercer lugar, de las cosas en cuanto se adecuan al entendimiento divino o tienen la capacidad de adecuarse al entendimiento humano; cuarto, el hombre que formula sus proposiciones verdaderas o falsas.” [iii]

En el párrafo anterior, va extrayendo el autor los diferentes tipos de verdad o de aceptación de la verdad que él contempla. Es importante recalcar que en el tercer punto, sólo toma las cosas artificiales como las que se adecuan al entendimiento humano.

La siguiente cuestión que se hace Tomás de Aquino es si además de la primera verdad, Dios, existe alguna otra verdad que sea eterna. Lo cual resuelve fácilmente planteando que la verdad reside en el entendimiento y si el entendimiento divino tiene la verdad, entonces esa verdad es eterna.

De aquí observa otra objeción, si la verdad está en los sentidos y luego si la falsedad se da en estos. “Se da la verdad en el entendimiento y en los sentidos, aunque de diversa manera”[iv] En el entendimiento esta verdad se da como juicio de entendimiento, lo que es la cosa con la reflexión de los actos de la misma. Mientras que en los sentidos se da como algo que sigue al acto, es un conocimiento intermedio de la verdad. Por esto el conocimiento comienza por los sentidos y es tan verdadero o falso como las cosas que lo provocan. Por esto se encuentran lo verdadero y lo falso en los sentidos, por que estos juzgan a los objetos, según Santo Tomás. Pero el juicio del sentido es siempre verdadero si no hay ningún impedimento en el sentido.

Al ver que Dios es la verdad, entonces se plantea Tomás de Aquino si Dios se conoce a si mismo. Parte de los universales, que son inteligibles y estos son separados de la materia por su propia naturaleza. Entonces, como Dios está separado de la materia, es inteligible en “sumo grado”. Y de aquí parte para ver si Dios conoce a los seres distintos, ya que por él ser inmaterial, infinito, uno, no podría conocer otra realidad, la finita, móvil, material y múltiple. Pero Dios en su esencia divina puede conocer a las cosas ya que tiene la aptitud para demostrar y las cosas pueden ser demostradas.

Después trata sobre la ciencia, y si ella y Dios son equívocas, esto es que no se corresponden. Aqui nos dice: “Hay que sostener, pues, que el nombre de ciencia se predica de la ciencia de Dios y de la nuestra ni del todo unívocamente, ni por pura equivocación, sino por analogía.”[v] Hay una desproporcionalidad entre los términos de la ciencia de Dios y la de los hombres, sin embargo, aclara que Dios no es semejante a nosotros, sus creaturas, sino que nosotros somos los que nos asemejamos a Dios.

Prosigue haciendo un análisis sobre los ángeles, y se plantea las cuestiones semejantes a las que se planteaba con nuestro conocimiento y el de Dios. Así, los ángeles que son seres intermedios entre Dios y el hombre. Y por las mismas causas y conclusiones llega a que: “ el entendimiento del ángel, por tener presente ante si la esencia [Dios] que es acto en el orden inteligible, puede entender lo que es inteligible en él.”[vi] Es por lo tanto capaz de entenderse a si mismo y conocer también la esencia de las cosas por que está en presencia de Dios. Esto nos lleva a la siguiente cuestión, en la que se plantea si los ángeles discurren como nosotros. Pero ellos como están en la presencia de Dios, no necesitan discurrir, ya que conocen las cosas por su esencia, según Dios las conoce.

Así nos lleva Santo Tomás a querer saber como conocer a Dios, como tener un entendimiento de Dios en su esencia. Aquí expone el alma como el camino por el cual se pueden conjuntar las naturalezas del entendimiento, pero sería necesario un alto grado de abstraccióbn y de abandono de las cosas materiales. Sin embargo el alma no está unida al cuerpo como los demás miembros por su forma, sino que se une por su esencia. Por esto, los actos intelectivos no se mezclan con las acciones contemplativas del alma, sin embargo, si se puede llegar a ver la esencia de Dios a través de la contemplación, según Tomás de Aquino.

BIBLIOGRAFÍA

Fernández, Clemente, Los Filósofos Medievales II, “Santo Tomás de Aquino: Sobre la verdad”, BAC, Madrid, 1979



[i] Fernandez, Op. Cit., pág. 269

[ii] Fernandez, Op. Cit., pág. 271

[iii] Fernandez, Op. Cit., pág. 274

[iv] Fernandez, Op. Cit., pág. 276

[v] Fernandez, Op. Cit., pág. 283

[vi] Fernandez, Op. Cit., pág. 287

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