jueves, 3 de febrero de 2011

Al-farabi, Catálogo de las ciencias

Nace en el año de 870 en la región de Farab (de allí es donde procede su nombre), en el actual Turquestán. Algunos de los lugares donde este autor vivió son: Bagdad (Iraq), Damasco (Siria) y Alepo (Siria).

Se destacó cómo filósofo y como científico. Entre sus obras se destaca La ciudad ideal, en dicha obra adapta las propuestas platónicas de La república y Las leyes al mundo musulmán de su tiempo. De sus más de cien obras la mayoría se han perdido, entre ellas sus comentarios a la obra de Aristóteles.

Buscó los puntos de coincidencia entre el pensamiento de Platón y Aristóteles y se constituyó en un transmisor fundamental de las doctrinas de los dos filósofos griegos al mundo islámico. Entre sus teorías filosóficas, que influirían en la filosofía medieval se destaca la distinción entre esencia y existencia en los seres creados, contingentes, que reciben la existencia de Dios, a quien ésta le pertenece esencialmente y es por eso mismo un ser necesario. En todo lo creado “la existencia no es un carácter constitutivo, sino solamente un accidente accesorio”.

Una de las obras de este autor es Catalogo de las Ciencias, en la cual muestra lo que conviene hacer para que no se interrumpa el gobierno de los reyes. Nos muestra las condiciones y las características que conviene buscar en los hijos de los reyes, de modo que por ello sea digno de ser elegido rey.

Nos enseña las conductas que debe tener aquel en quien se halla las condiciones naturales y cómo conviene educarlo para que consiga adquirir la fuerza real y llegue hacer un rey completo. Por ello no conviene que sea elegido rey aquel cuya autoridad sea ignorante.

Veremos en este texto lo que es el Arte del Derecho y Al-farabi nos dirá que es: “aquella, por la cual el hombre halla la determinación de cualquier cosa no incluida por el legislador en su definición de la ley, por medio de otras cosas en ella determinadas y definidas”[1].

También dice que en la región hay que distinguir los dogmas de las operaciones, respecto a los dogmas dirá que son: “las afirmaciones establecidas respecto de Dios”.[2] Un ejemplo claro de esto es los atributos que decimos de Dios ¡glorificado seas! O cosas semejantes y veremos que las operaciones vendrán hacer los actos con los cuales honramos a Dios.

Respecto a lo método veremos como algunos motacálimes (teólogo que defiende las cosas que el alfaquí toma como principios, sin que deduzca de ellas otras nuevas) opinan que la religión debe ser definida diciendo que los dogmas son un grado superior a ella,

Ya que están tomados de una causa divina y que en ellos hay misterios divinos que las razón humana, por su debilidad es incapaz de percibir y de alcanzar.

Nos mostrará que la única manera de que el hombre saque una utilidad de la religión está en que no deben ser comprendidas desde el entendimiento y que no debe disminuir su inteligencia por ello, y que de no utilizar estos medios la razón no tendría ningún sentido y ni utilidad alguna.

Nos dice que el hombre, “aunque alcance el límite de la perfección en lo humano, viene hacer respecto del que está dotado de entendimiento teológico como el niño y el joven inexperto en relación con el varón perfecto”[3]. Es decir que los hombres antes de que se eduquen y de que se instruyan, deberán negar muchas cosas, y no solo eso sino que detestar esas cosas, pero cuando llega a instruirse en el mundo de las ciencias, deja de tener estas opiniones de lo contrario se maravilla, es de ver que el hombre perfecto en lo humano no rehúsa negar cosas y pensar que son imposibles sin que realmente lo sean.

Hay un grupo de motacálimes que creen que deben defender la religión, primero fijando todos los dogmas que impuso el fundador, y si no le es posible interpretar el texto de la religión, cree que debe defender aquel dogma, sencillamente diciendo que es verdad, porqué lo dijo quien no puede suponerse que haya mentido o que se haya equivocado.

Termino este texto diciendo pues que hay algunos que dicen que deben defender su religión respecto de los demás, elogiándola como la mejor y suprimiendo lo que en ella hay de reprobable. Cosa que no debe ser así ya que la mejor forma que yo creo que debe ser buena para defender nuestra religión es saber aceptar los errores que esta comete y saber trabajar para un mejoramiento de los mismos.


Bibliografía

Fernández, Clementes, Los Filósofos Medievales, selección de textos, BAC, 1970, Tomo 1



[1] Fernández, Clementes, Los Filósofos Medievales, selección de textos, BAC, 1970, Tomo 1, Pág. 569

[2] Ibídem, § 945. Pág. 570.

[3] Fernández, Clementes, Los Filósofos Medievales, selección de textos, BAC, 1970, Tomo 1, Pág. 570

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante el argumento que mencionas de Al-Farabi en cuanto la existencia, pues va muy relacionado con el intelecto en acto, lo más importante no sólo puede ser la existencia, pues puede parecer una característica sustancial, cuando desde la postura del intelecto agente la existencia puede ser una simple forma superficial.
    No me gustaría forzar el contenido de tu texto, pero es evidente que este autor retoma a Platón con su propuesta del “rey filósofo” y a Aristóteles cuando menciona que las cosas están formadas de accidentes y esencia.

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  2. Me parece interesante la temática que se presenta en este texto, pues, el querer fusionar o integrar dos posturas filosóficas muy distintas,Ideal y la otra que contempla lo material.Sin embargo, queda la duda si lo logra o no completamente. De igual manera, no sé a qué se refiere cuando se habla de la perfección humana y la teología en relación con las ciencias, ¿en qué sentido toma "la perfección humana"?, porque, tanto Platón como Aristóteles tenían cierta ciencia como medio para alcanzar la perfección humana

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  3. No me queda claro cuál es el tema de tu texto, ya que dentro de la redacción se pretende hablar de un contenido que posteriormente será profundizado, pero dicha profundización no la veo muy clara. Por otro lado, con respecto al abrazar los dogmas, ¿no se habla del problema de dónde queda la libertad del hombre?

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