jueves, 10 de febrero de 2011

Análisis y síntesis del Comentario al libro “De los nombres divinos” del Seudo-Dionisio Areopagita

En el presente texto se expondrán algunos datos sobresalientes y muy generales de la obra y vida de Tomás de Aquino, como también el contenido fuertemente ontológico relacionado con el ser de Dios que se presenta en el libro Comentario al libro de los nombres divinos del Seudo-Dionisio Areopagita de Tomás de Aquino. Éste libro de Tomás trata algunos puntos importantes propuestos por el Seudo-Dionisio, dicho autor parece centrarse en la capacidad que el hombre tiene para el conocimiento del ser de Dios, más que en los nombres divinos atribuidos a Dios hasta su momento histórico. No deja de lado el tema de los nombres o atributos que el Seudo-Dionisio da a Dios, más bien busca concretizar el método de conocimiento del ser de Dios, y ésto lo logra con la triple vía para el conocimiento de Dios, pues dice que “pueden considerarse en Dios varios aspectos que, aunque no nos lleven a un conocimiento comprehensivo, nos dejan alcanzar algo de Él abstractiva y analógicamente”,1 y éste algo que podemos alcanzar de Dios es por medio del método anteriormente mencionado.

Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, el año 1225, ingresó a la Orden de lo dominicos, estudió y enseñó en París y en varias Universidades europeas; murió en 1274.2 Éste filósofo puede ser el representante del climax del pensamiento medieval, pues su pensamiento sistemático y sintético ha servido de orientación para el cristianismo durante varios siglos, pues “de Aristóteles tomó el vocabulario técnico, y el realismo; de Platón heredó la intuición de la participación; de la Revelación cristiana tomó el teocentrismo y el orden sobrenatural. Con dichos elementos, fraguó todo un sistema, cuyas líneas fundamentales persisten en medio de todas las vicisitudes de la Historia de la filosofía”.3

Todos los seres por lo que son pueden ser buenos, más por algún atributo sobreañadido pueden llegar a la perfección, y este atributo sobreañadido hace partícipe a Dios del proceso de perfeccionamiento del hombre, y por el contrario “Dios tiene en su ser mismo la perfección de la bondad”,4 pues los seres se hacen buenos en la medida que participan de algún bien, esta situación existencial de los seres que necesitan del creador para ser creados, buenos y perfectos va en otro sentido al ser de Dios, pues Dios no busca aproximarse a algún bien para ser bueno, pues Él es el bien mejor.

Todos los seres que no son idénticos a Dios “tienen el ser recibido y participado, por eso no poseen el ser en toda su capacidad",5 más Dios está en la capacidad de ser la causa de la existencia de todos los seres por que no es existente de algún modo finito, cuantificable o determinado. Dios no sólo se puede limitar o entender únicamente como el ser del cual emanan los demás seres, pues también está relacionado con la causa primera de todo cuanto existe, “Él es el principio efectivo y la causa final de todo siglo y tiempo y de todo cuanto de cualquier modo existiese, y asimismo todos los seres participan de Él como de la primera forma ejemplar. Y no sólo es causa de los seres en su hacerse, sino también en cuanto a su ser total y a su duración”.6

Tomás de Aquino afirma que por medio de las cosas naturales se puede conocer solamente a Dios como causa, pero no conocerlo completamente como ser, pues “de Dios conocemos que existe, pero no podemos penetrar en su esencia”.7 Lo que se puede conocer de Dios es lo que nuestro cuerpo y nuestro intelecto son capases de sentir o percibir, y por lo tanto, al dar alguna sentencia relacionada al ser de Dios sólo podremos nombrarle atribuyéndole características de las cosas limitadas y finitas que conocemos.

Tomás de Aquino tomando como base el texto De los nombres divinos hace la propuesta de un método para el conocimiento de Dios, éste método sigue una triple vía que fue anteriormente propuesta por el Seudo-Dionisio Areopagita. La primera vía para el conocimiento de Dios es la vía de la causalidad y por ésta vía atribuimos a Dios las perfecciones de las criaturas, la segunda es la vía negativa que consiste en negar todo cuanto por ser imperfección no podría pertenecer al ser de Dios, pues “Dios está sobre todo lo que podemos pensar; y por eso, el nombrar a Dios por la vía de la negación es lo que más le cuadra”,8 y por último está la vía de eminencia y por medio de ésta vía elevamos al infinito las perfecciones atribuidas a Dios.

Se puede llegar a la conclusión de que los atributos que el hombre puede dar al ser de Dios son insuficientes, pues sólo podrán describir las características que nosotros conocemos y podemos percibir. Se puede relacionar éste problema del ser y nombre de Dios con el problema de los universales pues, es importante éste problema porque hablar de las ideas implica también darle un lugar a Dios, porque dentro de este problema se trata de definir donde y como existen los universales. Lo trascendental es lo que no está en las condiciones de las cosas corpóreas, es lo que rebasa un límite, que está más allá de lo físico. Por lo tanto, opino que el conocimiento del ser de Dios es un realismo moderado.9



Bibliografía


  • Fernández Clemente, Los filósofos medievales, Tomo II, BAC, Madrid 1979, pp. 425-441

  • Gonzalez Angel, Historia de la filosofía en cuadros esquemáticos, 4º ed., ESPESA, Madrid, 1953, 152 pp.

  • Gutiérrez Raúl, Historia de las doctrinas filosóficas, 19º ed., Esfinge, México, 1998, 238pp.







1Gonzalez Angel, Historia de la filosofía en cuadros esquemáticos, 4º ed., ESPESA, Madrid, 1953, p. 70

2Gutiérrez Raúl, Historia de las doctrinas filosóficas, 19º ed., Esfinge, México, 1998, p. 84

3Ibid, p. 84

4Fernández Clemente, Los filósofos medievales, Tomo II, BAC, Madrid 1979, p. 431

5Ibid, p. 432

6Ibid, p. 433

7Gonzalez Angel, Historia de la filosofía en cuadros esquemáticos, 4º ed., ESPESA, Madrid, 1953, p. 70

8Ibid, p. 429

9Establece un término medio entre el realismo exagerado y el nominalismo, dice que lo intangible siempre se capta por medio de lo sensible.

3 comentarios:

  1. Tienes claridad en tu redacción, no me queda claro ¿Qué importancia tienen los nombres divinos en el conocimiento de Dios?

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  2. Es buena tu aportación, aunque me queda una duda, ¿a través de los tres pasos del método para el conocimiento de Dios, podemos conocer verdaderamente a Dios? o es únicamente un conocimiento de nuestro cuerpo e intelecto.

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  3. La importancia de los nombres es saber que lo que nombro está adecuado con lo que es.
    Realmente no sé como conocer verdaderamente algo en su ser, y mucho menos a Dios, por lo que no me atrevo a asegurar que por medio de esas tres vías se puede conocer el ser de Dios, pero si podemos aproximarnos a alguna de sus características que podemos entender.

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