jueves, 3 de febrero de 2011

Salomón Ibn Gebirol (Avicebron); La fuente de la vida

El filósofo Ibn-Gebirol, o también citado como Ibn-Gabirol, fue, durante la Edad Media, señalado o referido como Avicebron, del cual se creía que era árabe debido a que escribió parte de sus textos en este idioma, pero fue identificado luego como judío español. Nació en Málaga cerca del año 1020 y pasó su vida en Zaragoza, donde estudió y luego fue asesinado, según la leyenda, por un musulmán celoso de su conocimiento, que lo enterró cerca de su higuera. Al dar ésta unos higos espectaculares atrajo la atención del rey por lo que el asesino tuvo que confesar su crimen.[i] Sin embargo sí estuvo muy influenciado por los árabes, tanto que, su obra principal, Meqor Hayyim (La Fuente de la Vida), fue escrita primero en árabe y luego traducida al latín, Fons vitae.

Los tratados expuestos por Avicebron en La Fuente de la Vida reseñan su ideología filosófica. “La especulación de Ibn Gabirol está dominada por los conceptos aristotélicos de materia y forma. El principio de que parte es la composición hilemórfica universal: todo lo que existe, está necesariamente compuesto de materia y forma.”[ii] En este libro trata Ibn-Gabirol de desentrañar los conceptos aristotélicos llevándolos al absoluto y mezclándolos con los conceptos platónicos del mundo de las ideas, llegando así a una sola materia que sería el ser universal o Dios. La esencia del ser universal [es ...] Múltiple y diversa, conviene, sin embargo, en dos cosas en que se sostiene y de que tiene que ser [...] La materia universal y la forma universal”[iii]

Así mismo trata sobre la esencia y la voluntad como entidades que afectan y median entre la sustancia y la forma. “Tres son las partes de toda ciencia, a saber: la ciencia de la materia y de la forma, la ciencia de la voluntad y la ciencia de la esencia primera [...] Por que en el ser no hay más que estas tres cosas [...] la causa es, pues, la esencia primera; lo creado la materia y la forma, y el intermedio la voluntad.”[iv] Siendo así que la esencia es lo que causa las cosas, o su nivel de sustancia. Y entre cada nivel existe la voluntad, por lo que Gebirol expone que la voluntad es lo que lleva a las sustancias a trascender o a subir de nivel como veremos más abajo.

Para esto expone que entre el ser único, y lo que conocemos hay siempre un medio. “entre el primer hacedor alto y santo y la sustancia que sostiene los nueve predicamentos [i.e. accidentes aristotélicos] hay una sustancia media [...] estas sustancias son simples y espirituales.”[v] Y como podemos leer, estas sustancias simples son las espirituales, y también están causadas por su esencia y y el intermedio sería, de nuevo, la voluntad. Estas sustancias se van acercando cada vez más al hacedor.

La sustancia con los nueve accidentes sería la menos perfecta y esa sería la que conocemos como el mundo físico, natural o sensible. Para comprobarlo, lo asemeja al cuerpo, con el alma y el espíritu, que es la visión judía del ser humano. Y explica que el alma y el cuerpo no se podrían juntar o comunicar si no mediara entre ellos el espíritu, por lo que sin éste serían dos entes separados y no parte de un mismo ser. También dice que “El primer hacedor es el uno verdadero, que no tiene en sí multiplicidad; La sustancia que sostiene los nueve predicamentos tiene la mayor multiplicidad [...] luego es preciso que haya medios entre el uno verdadero y la multiplicidad compuesta.”[vi]

De aquí que el hacedor hace la sustancia simple y ésta a su vez es anterior y causa de la compuesta. El hacedor es por lo tanto más semejante a la sustancia simple y estas sustancias se van agregando para formar las sustancias múltiples. De la misma manera, podemos ir desagregando las sustancias múltiples para ir llegando a las simples.

De la misma manera, nos presenta que las sustancias simples son sólo materia. Porque en la forma es donde residen los accidentes, o predicamentos, que hacen que las sustancias sean múltiples. Y las sustancias simples son iguales al hacedor primario, por lo que no pueden ser múltiples. “Las sustancias espirituales son comunes en la materia, pero diversas en la forma [...] la diversidad está en la forma y la materia simple no la tiene.”[vii]

Por esto, sigue Gabirol diciendo que “lo inferior de las sustancias es forma para lo superior de ellas, y que lo superior de ellas es materia que sostiene lo inferior, por donde se llega así verdaderamente a la primera materia simple.”[viii] Y es así como se van relacionando los diversos estratos de las materias hasta llegar al ser único.


BIBLIOGRAFÍA

Abbagnano, Nicolás, Historia de la Filosofía, Vol I, 4ta ed., Barcelona, Ed. Hora, 1994

INB-GEBIROL (AVEN-CEBROL), La fuente de la vida, Traducida por F. De Castro y Fernández, Madrid, s.f., cit.pos. Fernández, Clemente, Los Filósofos Medievales II, BAC, Madrid, 1979


[i] Cfr. Abagnano, Op. Cit., 418

[ii] Abagnano, Op. Cit., pág. 418

[iii] Fernández, Op. Cit., pág. 638

[iv] Fernández, Op. Cit., pág. 640

[v] Fernández, Op. Cit., pág. 641

[vi] Fernández, Op. Cit., pág. 642

[vii] Fernández, Op. Cit., pág. 644

[viii] Fernández, Op. Cit., pág. 656

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