En el siguiente texto se expondrá de forma breve algunos temas de la Suma teológica que son de relevante importancia en el pensamiento y propuesta de Tomás de Aquino. Tales temas tienen relación con el ser de Dios y con el ser y atributos del alma, como también la función del alma en relación con el cuerpo. Al finalizar se encuentra una breve clasificación de los tipos de alma en relación con el nivel de perfección que dichas clases de alma pueden llegar a alcanzar.
Gracias a que el hombre participa de alguna semejanza con Dios es posible percatarse de que el hombre va a buscar regresar a su creador procurando el bien divino, y esto es porque todas las cosas tienen como su naturaleza el sumo bien al cual desean regresar, y éste sumo bien es Dios. Pues todo ser fue creado por Dios de la nada, que es lo contrario a que el ser emana de la nada sin tener causa primera, por lo que es imposible presuponer a algún ser al primer principio de todo que es Dios. Es loable aclarar que la naturaleza produce las cosas materiales refiriéndose a la forma, y Dios presupone tal materia a la naturaleza, pues “no puede haber nada en los seres sin que proceda de Dios, que es la causa universal de todo el ser. Luego es necesario afirmar que Dios saca las cosas de la nada al ser”.1
Adentrándose en el mismo tema del ser, Tomás propone nuevamente algunos argumentos relacionados con el ser y sus accidentes que anteriormente ya fueron utilizados por Aristóteles, pues Tomás afirma que “los accidentes y las formas y los otros tales que no subsisten son más propiamente coexistentes que seres”,2 refiriéndose al ser concomitante de los accidentes. Relacionado con los accidentes y demás atributos del ser se encuentra el problema del origen de las diferencias de los seres y Tomás da respuesta a ésta interrogante diciendo que “la bondad no podía representarse convenientemente por una sola criatura, produjo muchas y diversas, a fin de que lo que faltaba a cada una para representar la divina bondad se supliese por las otras”.3
Y en cuanto si es posible conocer científicamente la existencia del mundo o si ésta existencia entra en el campo de la fe, Tomás argumenta que es posible creer en que el mundo existe pero sólo dentro del campo de la fe y no de la ciencia, pues resulta casi imposible poder demostrar tal existencia con datos concretos y solamente con la intelección humana.
Una cuestión de no mucha importancia para una persona del siglo XXI en adelante, pero de suma importancia para una persona de la edad media, es la existencia del diablo en tanto su ser y su finalidad del su mismo ser. Ahora se expone si el diablo apeteció ser como Dios en unas cuantas líneas y para esto es necesario mencionar si el diablo apeteció equipararse con Dios o simplemente ser semejante a Él. Pues “ningún ser perteneciente a un grado inferior de la naturaleza puede apetecer el grado de otra naturaleza”,4 porque Dios es de naturaleza suprema e insuperable y todo lo demás que existe es de naturaleza inferior a Dios incluyendo el ser del diablo, por lo que aspirar a asemejar la bondad y otros atributos de Dios no es pecado pero aspirar a equipararse con el ser de Dios es una grabe falta digna de sanción.
Se trata con cierta brevedad el tema del alma y se asocia con el término “mente” o “entendimiento”, actividades que participan de operaciones en las cuales el cuerpo no tiene una incidencia profunda y plenamente activa. Por el mismo motivo de que el alma sea inmaterial puede ser que tampoco la misma tenga un fin y que por lo tanto sea subsistente. Mas para aclarar y reforzar el argumento de que el ser del alma es asociado con la mente o el entendimiento es necesario citar a Tomás cuando escribe que “Si […] el principio de la intelección tuviese en sí la naturaleza de algún cuerpo, no podría conocer todos los cuerpos, ya que cada cuerpo tiene una naturaleza determinada”,5 claramente se refiere a la intelección como una acción puramente originada y llevada a su realización por el alma.
Esta misma alma que puede ser llamada también principio intelectivo por ser inmaterial, no tiene la capacidad o deficiencia de ser corruptible, atributo plenamente observable en los seres materiales. Es viable aclarar que el alma humana es un alma racional y que también existe el alma irracional que es de la que gozan los animales. El alma humana como se ha mencionado anteriormente no puede ser destruida en sí misma, mas el alma irracional no tiene la capacidad de subsistir porque al ser destruido el cuerpo físico de las almas irracionales también es destruida el alma irracional y pierde su capacidad de trascendencia. Por ende los seres intelectivos o racionales desean y tienen un conocimiento que cruza las fronteras de lo sensitivo, pues “el deseo de los seres cognoscitivos proviene de un conocimiento, y los sentidos no conocen más que lo actualmente existente y presente al sentido, mientras que el entendimiento conoce la existencia en absoluto y abstrayendo del tiempo”.6
Es importante tocar el punto de la unión del cuerpo con el alma, y dentro de este tema es necesario mencionar nuevamente que el alma tiene un carácter relacionado con el ámbito intelectual y racional de la persona. Habiendo aclarado el campo de desarrollo y de acción del alma humana es posible entender la función del alma en el cuerpo humano y el papel que toma el cuerpo en relación con el alma, pues “lo primero en virtud de lo cual sana el cuerpo es la salud, y lo primero que hace que el alma tenga conocimiento es la ciencia; de ahí que la salud sea una forma para el cuerpo, y la ciencia para el alma. Y la razón de esto es porque ningún ser obra sino en cuanto está en acto”,7 y esto es porque el hombre es uno mismo, que al instante puede sentir con el cuerpo y con el alma ordenar esta experiencia sensitiva, y al proceso en el cual la realidad se convierte en experiencia del hombre por medio de los sentidos se le puede llamar conocimiento. Pero es importante mencionar que la experiencia sensitiva es una fuente necesaria para abstraer información de lo que puede ser llamado “realidad”, pero no es el único canal, sino que también existe la experiencia intelectiva que puede ser animada por la fe.
La naturaleza de cada ser puede ser determinada por la acción del ser, pues si es una acción que necesita de la animación intelectual, esto quiere decir que tiene un proceso intrínseco y lógico se puede estar refiriendo a un ser racional, y el único ser con capacidad racional es el hombre, la capacidad y acción propia del hombre es la de entender o relacionar datos para encontrar un significado lógico y llegar a una meta planteada por medio de una serie de pasos realizables.
Y por último, ya que se ha explicado la función del alma en el cuerpo es posible diferenciar la jerarquía de perfección de la que goza el alma de cada ser, es lógico que los seres animados tienen un grado de perfección mayor al de los seres inanimados. Una de las posibles diferencias de los seres puede ser la anteriormente mencionada, y cabe mencionar que “el alma intelectiva posee virtualmente al alma sensitiva y la rebasa”.8 Por eso se puede decir que el alma sensitiva y racional tiene la capacidad de percatarse de su propia existencia, de estar en acto [sin excluir que los seres irracionales también pueden estar en acto, mas no se percatan de su existencia ni de su “actualidad”].
BIBLIOGRAFÍA
- “Tomás de Aquino”, en Clemente Fernández, Los Filósofos Medievales Selección de Textos, tomo II, BAC, Madrid, 1979. pp. 540-563.
1Tomás de Aquino, “Suma teológica”, en Clemente Fernández, Filósofos medievales II, BAC, Madrid, 1979, p. 545.
2Ibidem, p. 547
3Ibidem, p. 550
4Ibidem, p. 553
5Ibidem, p. 555
6Ibidem, p. 557
7Ibidem, p. 558
8Ibidem, p. 563
Muy buena entrada, pero ¿por qué crees que no sea importante para el hombre de nuestro siglo conocer si existe el diablo?
ResponderEliminarY, ¿lo que participa el hombre de Dios es por medio del alma, es el alma en sí o que es lo que nos asemeja a Dios? y como piensa Tomás de Aquino que se une el alma al cuerpo, ¿toca el tema del espíritu como los judíos? o ¿qué explicación da de esa unión?