En esta entrada se hablará del texto de la suma contra los gentiles de Santo Tomás de Aquino, a través de sus escritos nos mencionará cómo ve la presencia del hombre de acuerdo a su fin, a lo que tiende el hombre, “ya que todo está ordenado a un solo bien, tomado como último fin.”[1] La finalidad del hombre es alcanzar a Dios.
“Santo Tomás de Aquino (1225-1274) de familia lombarda, nac. En el castillo de Roccasecca en las cercanías de Aquino[…] a fines de 1273 Tomás tuvo una experiencia mística que le hizo suspender su trabajo.”[2]
Todo está ordenado a un solo fin que es Dios
De acuerdo a ¿qué es lo primero que puede haber?, ¿Quién lo ha creado? ¿Qué es lo más bueno y perfecto?, ¿el fin del hombre es el fin de todo?, Santo tomas nos muestra que hay algo más que y perfecto a lo cual pertenece todo, “Dios es la primera causa en el orden de las causas finales, por ser lo supremo en el orden de los bienes. Por lo tanto, es más fin de cualquier cosa que el propio fin próximo de cada una.”[3]
El hombre por naturaleza busca el bien y cuando lo realizan un numero grande de personas se vuelve excelente ya que el bien particular se vuelve bien común “El bien particular se ordena al bien común como a su fin, porque el ser de la parte es por el ser del todo […] pero el sumo bien, que es Dios, es el bien común.”[4]
Al pensar en el orden se piensa en la perfección de Dios en lo que ha creado por lo que Santo Tomás de Aquino nos muestra que “el agente supremo mueve a los agentes inferiores, así también es preciso que todos los fines de este se ordenen al fin del agente supremo, pues todo lo que hace el agente supremo lo realiza en atención a su propio fin.”[5]
Todo lo creado intenta asemejarse a Dios
El hombre debe de realizarse y buscar su plenitud en las acciones que lo trasciendan, llevándolo al encuentro con Dios. “Todas las cosas creadas son como ciertas imágenes del agente primero, o sea, Dios, pues todo agente hace algo semejante a sí. La perfección de la imagen consiste en presentar su ejemplar asemejándosele, pues tal es su finalidad.”[6]
Cómo apetecen el bien incluso los seres que carecen de conocimiento.
Todo ser busca el bien por naturaleza, busca su fin, Dios, y no importando la capacidad de conocimiento tiende a Él por ser criatura de Dios “así pues el autor comprendió que “como se mueven y obran por el fin los cuerpos naturales, aunque carezcan de conocimiento. Pues tienden a fin como dirigidos por una sustancia inteligente.”[7]
El fin de toda sustancia intelectuales el entender a Dios.
Pues el hombre al buscar unirse con su creador busca entenderse para responderle mejor e intentar conocer a Dios “Todas las criaturas, incluso las que carecen de entendimiento, están ordenadas a Dios como a su último fin, y cada una de ellas lo alcanza en la medida en que participa de la semejanza divina; pero las criaturas intelectuales lo alcanzan de un modo especial […] entendido con su propia operación […] el entender a Dios.”[8]
En la búsqueda de la realización de la plenitud, la intención del hombre en conocerse, conocer, admirarse, surge el filosofar, “el deseo de saber […] conocer a Dios […] se llama felicidad y bienaventuranza […] la bienaventuranza y felicidad última de cualquier sustancia intelectual es el conocer a Dios.”[9]
Concluyo que el hombre, único privilegiado por ser a imagen y semejanza de Dios, tiende por naturaleza a buscar el bien, por lo cual éste debe de llegar a la plenitud de conocer a Dios al principio y fin de todo.
Bibliografía:
“Tomás de Aquino”, en Clemente Fernández, Los Filósofos Medievales Selección de Textos, tomo II, BAC, Madrid, 1979. pp. 387-405
Ferrater Mora José, “Diccionario de Filosofía”
[1] Santo Tomás de Aquino, suma contra los gentiles, 2.039 en Clemente Fernández, Los Filósofos Medievales Selección de Textos, tomo II, BAC, Madrid, 1979. p. 387
[2] Ferrater mora José, Tomas De Aquino, Diccionario de filosofía, (Q-Z), p 3527-.15-28.
[3] Ibídem,, 2.041
[4] Ibídem,2.043
[5] Ibídem,, 2.044
[6] Ibídem,, 2.048
[7] ibídem, 2.050
[8] Ibídem,2.055
[9] ídem
Cómo podemos entender esto: El hombre por naturaleza busca el bien y cuando lo realizan un numero grande de personas se vuelve excelente ya que el bien particular se vuelve bien común, esto no me queda claro, creo que se revuelven ideas, o podemos decir, que entre más personas realicen algo común, ¿participan de mejor manera ante Dios?, entonces ¿la voluntad propia, por más buena que sea, es vista como algo menos ante Dios?
ResponderEliminarse vuelve un bien excelente, en base a que el bien común es Dios.
ResponderEliminarAhora respondiendo a tu respuesta: la voluntad propia debe orientarnos a un bien común, por lo que no es menos, sino que se conjunta para llegar a la plena perfección.
Sergio SDB.