miércoles, 19 de enero de 2011

La verdad como medio para acceder al conocimiento de Dios

La obra, Los Soliloquios, son diálogos que Agustín escribió y en los que trata diversos temas, tales como el conocimiento de Dios, el alma, la verdad, lo falso, la inmortalidad y otros. En el presente articulo, pretendo exponer principalmente tres elementos que me parecen los temas centrales de la obra, me refiero a la verdad, el alma y la falsedad.

En diálogo con la razón[1], Agustín busca conocer a Dios y al alma, sin embargo, antes de partir a ese conocimiento, la razón le hace notar que primero debe especificar lo que es la verdad, siendo ésta la que guía al conocimiento.[2] Antes de definir la verdad, aclara algunos interrogantes, tales como, ¿una cosa es la verdad y otra lo verdadero?, ¿lo verdadero puede morir o no? y hasta llega a cuestionarse sobre la existencia de la verdad. Sus conclusiones fueron claras y precisas; respecto a la verdad y lo verdadero afirmó que lo más excelente es la verdad puesto que “todo lo verdadero lo es por la verdad”[3]. En lo referente a si la verdad puede morir o no, concluyó que si una cosa es, necesariamente tiene que ser verdadera, de lo contrario, no sería eso que es.

Y en lo concerniente a la existencia de la verdad, sostiene que, a pesar de no poder saber dónde se halla, existe porque sabe que existe y no puede ocupar ningún espacio puesto que no es cuerpo, por la tanto, “existe la verdad, y no se halla en ningún lugar”[4], esta afirmación lleva a deducir que entonces, la verdad no puede estar en ninguna cosa, salvo en las inmortales, conclusión que da pie a discutir ahora sobre la inmortalidad del alma, considerando que la verdad se haya en las almas y partiendo de que puede haber algo falso o verdadero.

Así pues, respecto a la inmortalidad del alma, se parte con la afirmación de que “el alma no puede menos que coexistir con la naturaleza de las cosas, si no puede faltar de ella alguna vez la falsedad”[5], esta afirmación, en lugar de dar respuesta, plantea un nuevo problema, el de la falsedad, así que, antes de dar respuesta a lo anterior es importante entender la concepción de falsedad para Agustín, lo cual es, que una cosa es falsa porque es diversa de lo que parece, esto sería que una cosa fuera una cosa que no es, por lo tanto no existiría, así que, no puede haber falsedad pues de ser así eso no sería verdadero; en cambio, la verdad de una cosa consiste en que ella sea lo que parece.

Volviendo al tema de la inmortalidad del alma, Agustín afirma que hay almas que nacen y luego mueren y no necesitan de la inmortalidad sino la sucesión que siguen entre sí para seguir existiendo[6]. Por otro lado, las almas son las que sienten y el cuerpo necesita del alma para existir;[7] es decir, que por los sentidos se llega al conocimiento de Dios y son las almas las que pueden sentir, así que, las almas son las que pueden conocer a Dios y por ello se hacía hincapié en la falsedad, pues si en las almas hubiese falsedad no podrían llegar a la verdad de las cosas y en consecuencia, no podrían conocer a Dios. Por lo tanto, las almas, mediante los sentidos, conocen a Dios, verificando que lo que perciben sea realmente como parece, y para realizar esa acción de conocimiento necesita del cuerpo, pues ni el cuerpo puede vivir sin el alma y ni el alma puede sentir sin el cuerpo.[8]

Partiendo de los elementos anteriores, Agustín define la verdad como “aquello que es en sí tal como parece al sujeto conocedor, si quiere y puede conocerlo”[9] que en resumidas palabras, la verdad es ser lo que es. Así que, todo cuanto existe, por el hecho de existir es verdadero, no es falso pues de serlo no existiría, más bien, cuando el alma percibe algo de forma diversa a como es, entonces atribuye al objeto conocido la falsedad, sin embargo el objeto no deja de ser lo que es, simplemente es percibido de una forma diversa a como es, pero finalmente el alma tiene la capacidad para percibir la verdad de cada cosa y muy pocas veces cae en la falsedad puesto que la verdad está en el interior de cada alma y para descubrirla, el hombre debe entrar a sí mismo. Finalmente, Agustín afirma que la verdad es inmortal porque el alma lo es también y que a pesar de la muerte del cuerpo, la verdad y el alma siguen.
 

[1] Siendo ésta el interlocutor en el diálogo con Agustín.
[2] Cfr.Soliloquia, libro I, XV, § 27.
[3] Ibidem.
[4] Ibid, § 29.
[5] Soliloquia, libro II, IV, § 5.
[6] En este punto, aunque puedo profundizar más y elaborar todo un discurso sobre este tema, sin embargo me parece que no es conveniente que lo haga en el presente artículo, siendo que el tema central es la verdad como medio necesario para conocer a Dios y el tema del alma compete a otro tratado y aquí se hace referencia con el motivo de entender que es en el alma donde se da el conocimiento de Dios por ser ella la que posee los sentidos, mediante los cuales se conoce a Dios y es por esto que se hace la distinción de falsedad y verdad, que anteriormente he presentado.
[7] Cfr. Ibid § 6.
[8] Es importante aclarar, que al decir que en el alma se encuentran los sentidos para conocer, no significa que es un conocimiento empírico sino que, Agustín se refiere así para especificar que es el alma la que puede acceder al conocimiento de Dios.
[9] Soliloquia, libro II, V, § 7.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA.

FERNANDEZ, Clemente S.I, Los filósofos Medievales, selección de textos, “San  Agustín, Los Soliloquios”, Tomo I, BAC, Madrid, 1979, p 184-192.

AUTOR: César Águila Cázarez.

3 comentarios:

  1. Sin duda alguna, existe una estrecha relación entre los aspectos antropológico y epistemológico dentro de esta obra de Agustín, al referirnos la relación alma y conocimiento, siendo el alma quien conoce a través de los sentidos ayudándose del cuerpo. Por otro lado, la verdad, siendo parte del alma, participa de su inmortalidad. Con esto, me surge una cuestión: Dios, siendo la Verdad absoluta, ¿posee alma?.

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  2. El texto deja entrever la metafísica que Agustín transmite al decir que los sentidos en relacion con la realidad aportan cierto conocimiento de Dios, pero, para acceder a Dios es necesario ir más alla del simple sentido empírico,de lo que podemos percibir con éstos. Es necesario el alma que tiene esta plena capacidad de trascender, de conocer verdaderamente. Sin embargo, me quedan dudas en cuanto si la verdad está en el alma, porque se menciona que la ve en las cosas. De esto, me surge otra cuestión: si las cosas tienen verdad que son percibidas por el hombre, entonces, ¿tambien tiene alma?

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  3. Afirmas que la verdad no puede estar mas que en los inmortales, entonces, ¿la verdad no se puede encontrar en una persona?.
    Respecto al tema de la falsedad dices que "una cosa es falsa porque es diversa de lo que parece, esto sería que una cosa fuera una cosa que no es, por lo tanto no existiría, así que, no puede haber falsedad pues de ser así eso no sería verdadero". ¿quiere decir que la falsedad es subjetiva?, o sea que únicamente la percibe la persona que ve distinto a lo que es, entonces ¿las personas son las que hacen que exista la falsedad al no ver realmente lo que es verdadero?

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