Agustín inicia su libro De la fe en lo que no se ve, con una reacción defensiva frente a la burla de los que presumían de no creer en aquello que no se puede ver con los ojos del cuerpo. Más en cambio, Agustín asume con gozo que el acto de creer en aquello que no se ha visto con los ojos de la carne no es temeridad reprensible, sino una fe digna de alabanzas. Pues Agustín afirma que es preciso “creer muchas cosas sin verlas”,1 seguramente con la intención de hacer énfasis en el error de los esclavos de los ojos del cuerpo. Agustín expondrá con ejemplos muy concretos el error en el cual estaban anclados los que se burlaban de la religión cristiana por el motivo anteriormente mencionado.
Se puede percibir que la temática de este libro va girando en torno al conocimiento, pues la problemática inicia por las burlas de aquellos que dicen conocer la verdad, y que esta verdad sólo se ve con los ojos del cuerpo. Agustín realiza una reflexión en la que toma en cuenta aquellas cosas en las que se puede creer sin haber tenido contacto sensorial, como la amistad, el amor, pues estos son conceptos “adonde no pueden llegar ni tu vista, ni tu entendimiento, llega tu fe”.2 Agustín puede encontrar una cierta superioridad de las cosas en las que se cree sobre las cosas tangibles al decir que “es preciso creer algunas cosas temporales que no vemos, para que seamos dignos de ver las eternas que creemos”.3
Se menciona que la fe es necesaria crear relaciones interpersonales y para el desarrollo de la persona, pues “la fidelidad del amigo no puedes amarla si no tienes también la fe que te incline a creer”.4 Agustín critica que la creación de la fe en los amigos sea como resultado del caer en la adversidad o en la aspereza, más no debe ser necesario tener que conocer la adversidad o la aspereza de la soledad para poder valorar adecuadamente la amistad o la fidelidad, pues dicho autor no niega que se puede llegar a tener un buen amigo cuando no hay problemas pero que su amor se clarifica con más transparencia en la adversidad. Aquí la figura del hombre es la de un ser que tiene necesidad de relacionarse, de amistad y de correspondencia, por lo tanto de creer y esperar en algo que no se ve.
Por tanto se puede llegar a la conclusión de que es necesario creer en las cosas que no se ven para conocer, relacionarse y corresponder afecto, pues de lo contrario, al no creer en lo que no se ve se ocasionaría un caos y una vida sin sentido “no creer que somos amados, por que no vemos el amor, ni corresponder al afecto con el afecto, por que no pensamos que nos lo debamos recíprocamente, es una precaución más molesta que ingeniosa”.5
Debido a la brevedad del libro me he visto limitado a tocar sólo los temas de: epistemología, ética y antropología.
Bibliografía
Fernández Clemente, Los filósofos medievales, Tomo I, BAC, Madrid 1979, pp. 372-375
1 Fernández Clemente, Los filósofos medievales, Tomo I, BAC, Madrid 1979, p. 372
2 Ibidem, p. 373
3 Ibidem, p. 373
4 Ibidem, p. 373
5 Ibidem, p. 375
El aporte que realizas con la síntesis de esta obra agustiniana me parece muy oportuno, solamente me surge una cuestión: ¿Podría relacionarse la línea epistemológica que señala el texto con un carácter ontológico respecto a los seres de razón y su conocimiento a través de la fe?
ResponderEliminarClaramente se puede notar que este texto de carácter apologético, de nota la importancia de tener la seguridad de poner la fe en aquellas cosas que vemos, y probablemente es una cuestión natural del individuo sentirse seguro de confiar en algo, ya que como lo demuestra San Agustín con las relaciones sociales que generan confianza, fidelidad y seguridad en el otro, aunque este no muestre exteriormente que estos sentimientos son recíprocos, es indispensable depositar la fe en el excelso Bien, que es Dios. Sin embargo, me surge una pregunta, ¿dentro de este texto se habla del carácter racional que el hombre tiene para discernir en que creer y en qué no?
ResponderEliminarEs una exposición de tema más apologético, donde se refuerzato de la filosofía para explicar o fundamentar la creencia en un Jesus Resucitado.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, mi duda es la siguiente ¿Cual es el concepto de Fe según San Agustín? y ¿Cual es la vía del acceso al conocimiento de Dios?
ResponderEliminarTu publicación me parece muy precisa y redactada con claridad, sólo tengo una duda, ¿Cómo hacer para pasar de la mera fe a una justificación ontológica de aquello que se cree, sabiendo que no se puede ver pero sí conocer y explícar?
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