Luis Vives fue un filósofo español nacido en Valencia en el año 1492 de una familia de judíos conversos. Estudió en las universidades de Valencia y París. En 1512 se estableció en Flandes, Bélgica, donde se convirtió en profesor dentro de la Universidad Católica de Lovaina.
Vives escribe en la lengua madre, el latín, y dentro de sus obras principales está una llamada Sobre el alma y la vida (De anima et vita). En esta obra Vives nos dice que ningún conocimiento es más excelente, que el que tiene por objeto al alma, ya que ella es la “fuente y origen de todos nuestros bienes y males, no hay cosa más útil que el que la conozcamos bien; así purificada la fuente, dimanarán de ella puros los arroyos de todas las acciones.”[1] Quien no se conozca a sí mismo, no podrá gobernar su propio espíritu, por lo cual, es importante conocer el artífice, para saber qué podemos esperar de él y qué cosas sabe hacer y soportar. La mayor sabiduría consiste en conocerse a sí mismo, no limitándose únicamente al cuerpo (huesos, carne, sangre, etc.), aunque de todos modos no hay que descuidarlo, la sabiduría consiste en estudiar el alma, lo cual es difícil, ya que no hay ninguna cosa más recóndita, ni más oscura e ignorada por todos, también es lo más arduo de expresar y decretar en términos.
Los antiguos al tratar de estudiar el alma, llegaron a cuestiones casi imposibles de explicar y en el caso de que éstas fueran explicadas, no reportaban ningún fruto, además de que también determinaron cosas enredosas y absurdas. En cambio Vives en su obra, intenta exponer con mayor extensión su opinión, ajustándose a la “verdad, la cual es una y única en la naturaleza y sobre ella, no dos.”[2]
En el estudio del alma, Vives dice que tres son las facultades de ésta: la memoria, el recuerdo y la reminiscencia.
La memoria es la facultad del alma por la cual se conservan en la mente las cosas que han sido conocidas por un sentido interno o externo. Su actividad está dirigida hacia el interior. Esta tiene también dos facultades, que son: aprehender y retener. Los jóvenes tienen más memoria que los viejos, por lo cual se puede afirmar que lo primero que ataca a la memoria es la edad, pero en los viejos, la carencia de memoria, es compensada por una gran prudencia. Cada persona tiene una memoria diferente, no todos recuerdan lo mismo con facilidad, hay quienes les es más fácil el recordad palabras, a otros las cosas, ya sean curiosas, comunes, antiguas, propias, etc. La atención refuerza en demasía a la memoria, al igual que “el buen régimen de vida como: la alimentación, la bebida, el ejercicio, el descanso y el sueño.”[3] La memoria si no se ejercita, dice Vives, se debilita, y se hace más lenta y perezosa en el ocio y la inacción.
El recuerdo se produce mediante una simple mirada del espíritu en la memoria, y no es algo común en los animales.
La reminiscencia es la que se produce por ciertos grados y pasando de las cosas que tenemos presentes en la mente, a aquellas que se han ido escapando, al igual que el recuerdo ésta, es propia y exclusiva del hombre.
La mente humana para Vives, es una manifestación del alma, es decir, ambas son inseparables, “la mente humana es un espíritu en virtud del cual vive el cuerpo con el cual está unido, apto para el conocimiento de Dios gracias al amor, y, por lo mismo, apto para unirse con El para la felicidad eterna.”[4] La mente humana desciende de lo más alto a lo más bajo, que es el cuerpo.
Los grados de ascensión de la mente humana son: De la materia de lo sentidos, de éstos a la imaginación y a la fantasía, de ésta a la razón, después a la contemplación y, por último, al amor.
“Los sentidos internos no captan los seres espirituales. Por lo tanto, la mente que los capta, los conoce y los comprende es espíritu como esas naturalezas mismas, y la que entiende su inmortalidad es también inmortal.”[5] Así pues, la mente es de Dios, procede de Dios, y es inmortal, ya que no hay nada en la naturaleza que sea capaz de aniquilarla, sólo Dios lo puede hacer, pero no es creíble que Dios cree por sí mismo lo que después va a destruir.
Lo animales cumplen aquí en la tierra, con todas sus funciones y facultades, aquí viven y mueren, en cambio el hombre, al que se le ha dado la mente, tiene efectivamente otro nacimiento en otra vida, en la cual pueda cumplir las funciones de la mente.
En conclusión, me parecen muy acertados los argumentos de Luis Vives sobre la mente, ya que creó que en realidad ésta participa del alma, es inmortal y pertenece a Dios. La mente tiene la capacidad de trascender a realidades no físicas, y es capaz de comprender más allá de lo que se encuentra en este mundo. Concuerdo con Vives al decir que la mente al ser un don de Dios, al ser una gracia operante, es necesario, por parte del hombre una respuesta para que ésta se eleve y perfeccione, es decir, implica necesariamente una gracia cooperante, una respuesta, un compromiso por parte del ser humano.
Bibliografía.
Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, 1990, pp. 629.
[1] Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, 1990, p. 210.
[2] Ibidem, p. 211.
[3] Ibidem, p. 214.
[4] Ibidem, p. 219.
[5] Ibidem, p. 222.
Concuerdo con Luis Vives en que, la más grande sabiduría a la que se puede aspirar es al conocimiento pleno de uno mismo, ya que, en medida en que uno se conoce es capaz de vivir la vida en plenitud, con serenidad y de avanzar con paso firme a la felicidad. Solamente aquel que se conoce es capaz de tomar una responsabilidad mayor sobre su vida y, de esta manera, consciente de sus límites y riquezas, emplearlas de la mejor manera para potenciar todo su ser. Muchas gracias Luis, que el Señor te guarde para siempre en su presencia
ResponderEliminarEl pensamiento que estás presentandoes de tinte renacentista, por lo cua, se nota un cambio de pensamiento filosófico, es decir, hay un cambio de pensamiento entre la Edad Media y el Renacimiento, donde el centro es el hombre. Cabe decir, que retoman parte de la filosofía de los griegos. Conforme a lo que presentas creo que es verdadero el argumento de Vivves al decir que la sabiduría consiste en estudiar el alma, lo cual es difícil, ya que no hay ninguna cosa más recóndita, ni más oscura e ignorada por todos.Lo cual menciona que tres son las facultades de ésta: la memoria, el recuerdo y la reminiscencia.
ResponderEliminarLuis Vives trae consigo un fuerte aroma humanista que logro percibir como un intento de conciliar ciertas ideas aristotélicas y platónicas, entiéndase en algunos momentos un poco apartada del aristotelismo escolástico, y para apoyar tal afirmación me permito citar lo siguiente de la presente aportación:
ResponderEliminar"En el estudio del alma, Vives dice que tres son las facultades de ésta: la memoria, el recuerdo y la reminiscencia."
Es claramente un despunte renacentista en cuanto a que retorna a la antigüedad platónica retomando algunos elementos acerca del mundo de las ideas ajustando el aspecto del constitutivo orgánico del hombre diferenciándolo, claro está, de los animales que cumplen un ciclo vital y ahí permanecen, en cambio el hombre es catapultado a "otra vida" donde pone nuevamente en función a su mente.