En
los primero años del heavy metal se decía que este tipo de música guardaba una
gran relación con el satanismo y las artes ocultas, y en cierta manera, y sin quererlo los precursores de esta
corriente musical lo hicieron sin saberlo. Para explicar más claramente por qué
digo esto, tendré que hablar un poco sobre Guido de Arezzo y el tritono.
Guido
de Arezzo fue un monje benedictino, teórico musical y figura central de la
música de la Edad Media, entre algunos de sus muchos aportes a la música están
la escala diatónica, que es una escala musical formada por intervalos de
segunda consecutivos; perfeccionó la escritura musical con la implementación
definitiva de líneas horizontales que fijaron alturas de sonido y la
implantación del pentagrama que en un principio era tetragrama, sólo
constaba de cuatro líneas. Dio nombre, además, a las seis[1] primeras notas de la
escala (ut, re, mi, fa, sol, la)[2], basándose en la primera
sílaba de cada uno de los versos del himno de San Juan Bautista, escrito por
Pablo el Diácono Ut queant laxis:
Ut queant laxis - Resonare fibris - Mira gestorum - Famuli tuorum -
Solve polluti - Labii reatum - Sancte Ioanes[3]
Durante
la gran reforma de la notación musical, guardó una información que la iglesia
consideró que debía ocultarse. Un acorde que generaba tal disonancia que
perturbaba al oyente, cuya naturaleza movía el pensamiento hacia lo impuro y
por tanto debía de ser obra del mismísimo diablo. El tritono.
Un
intervalo es la distancia o diferencia tonal que existe entre dos notas y puede
medirse por los semitonos (mitad de un tono) que contiene. En un tritono dos
notas están separadas por seis semitonos. Como entre una nota y la siguiente
con el mismo nombre (su octava) hay una distancia de doce semitonos, el
intervalo de tritono se encuentra a mitad de camino, o sea, a una diferencia de
seis semitonos (que equivalen a tres tonos), tanto ascendente como descendente,
de la otra nota con el mismo nombre. El intervalo de tritono también puede
llamarse de quinta disminuida o de cuarta aumentada.
La
razón por la que este intervalo fuera
catalogado de diabólico es por la gran
tensión que genera, la gente se asustaba cuando oían algo así, sentían una
reacción en sus cuerpos y pensaban: "¡Viene el Diablo!". En la música
antigua, la Iglesia sostenía la idea de que el Diablo se colaba en la música a
través de un intervalo musical llamado de cuarta aumentada o de quinta
disminuida, Tritono o "Diabolus in Musica", fue prohibido por la
Iglesia y su interpretación era duramente castigada, como cualquier otra
invocación al maligno.
No
fue hasta el Barroco cuando este intervalo contenido en algunos acordes fue
incluido en las obras, pero de manera bastante limitada y resolviendo de forma
casi inmediata en acordes más estables. Y si bien ya en el romanticismo fue utilizado como un importante recurso para
representar estados anímicos, sobre todo de tensión, Sin embargo, la mayoría de
las obras que lo utilizaban no se alejaban de la temática demoníaca, como la
Sonata a Dante de Franz Liszt o Gotterdammerung (“El ocaso de los dioses”) de
Richard Wagner.
Actualmente
el tritono goza de una aceptación general, sobre todo en el Blues y el Jazz,
pero el género en el que ese ha desarrollado más ampliamente sin duda alguna es
el Heavy Metal dándolo a este esa atmosfera siniestrar y misteriosa de la que
goza, el grupo británico Black Sabbath uso el tritono en la mayoría de sus
canciones sin saber de qué se trataba como lo explicó alguna vez su guitarrista
Tony Iommi.
"Cuando comencé a escribir el material de Black Sabbath simplemente buscaba algo que sonara bien. Nunca pensé que iba a hacer música demoníaca; antes habíamos estado tocando un blues con influencias de jazz. No sabría definirlo correctamente, ya que no sé leer música. No conozco la terminología para nada de eso. Escucho todo tipo de cosas — diferentes estilos, jazz, blues, música clásica, todo eso ha influido en mi composición."
Sin duda
alguna Black Sabbath siendo uno de los precursores del Heavy Metal influyó en
una gran cantidad de bandas que retoman el tritono como su sonido característico,
ofreciéndonos las atmosferas siniestras por las que en el medievo fue prohibido.
[1] A
finales del siglo XVI, fue introducida por Anselmo de Flandes la séptima nota,
que recibió el nombre de SI (de Sancte Ioannes).
[2] El
italiano Bononcini, en 1673, suplió ut
por do, sílaba más abierta y más sonora, pero los franceses todavía usan a
veces el ut.
[3] “Para
que puedan con toda su voz cantar tus maravillosas hazañas estos tus siervos,
deshaz el reato de nuestros manchados labios, ¡oh, bendito San Juan!”
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