miércoles, 7 de marzo de 2012

Algunos elementos sobresalientes de los diálogos de Giordano Bruno: sobre la causa, principio y Uno.



A continuación presento el cuarto diálogo caracterizado por ser demasiado breve y que corresponde a lo enunciado en Sobre la causa, principio y Uno trámite en el cual Teófilo intenta convencer a quienes le escuchan, que en las cosas incorpóreas se puede encontrar el concepto de una misma materia, sin embargo, para que sea más claro lo aquí tratado veamos qué es lo que Teófilo pretende y cómo logran entenderlo Dicsono y Gervasio con quienes sostiene su propuesta, Teófilo trata de explicar de manera concisa que la materia es acto, yendo aún más allá al pretende demostrar que la materia en las cosas incorpóreas coincidan con el acto, teniendo en cuenta que logra distinguir entre cosas corpóreas e incorpóreas.

Así a una potencia activa común a las cosas incorpóreas, o bien a un ser corpóreo e incorpóreo, corresponde una potencia pasiva, tanto corpórea como incorpórea, y un poder ser, asimismo tanto corpóreo como incorpóreo.[1]

Con la cita anterior Teófilo pretende demostrar la segunda aseveración de la cual ya he hecho mención y que consiste en aclarar la materia o lo mismo la posibilidad de ser, tanto en las cosas incorpóreas como en las corpóreas.

Por otro lado tenemos el Quinto diálogo que a semejanza del anterior, es también bastante breve, en términos generales durante este diálogo se presenta la explicación de lo Uno, entendido en el sentido en el que el universo siendo infinito e inmóvil, es también indefinible, incomprendido, no engendrado, etc. Por el hecho de comprender en su propio ser todas las contrariedades en unidad y armonía, en este diálogo se llega a la definición del universo por medio de lo que no es.

No se contiene así mismo, porque no es mayor que sí mismo. No está (contenido en sí mismo), porque no es menor que sí mismo… Es término de tal suerte que no es término y forma, de manera que no es forma y materia, de modo que no es materia, y alma, de suerte que no es alma, porque es indistintamente del todo, y por ello, uno; el Universo es uno…[2]

Además este universo, aclara el texto, no tolera la multiplicidad de seres por lo que el Universo es, una vez más, uno (e) inmóvil[3] bajo la justificación de que todo está bajo una proporción y semejanza, en ese sentido no hay distinción entre cada una de las cosas que se encuentran dentro del universo, entonces podemos decir que lo indivisible no es distinto de lo divisible, lo simplísimo, de lo infinito; el centro de la circunferencia. Y así el universo es todo el centro y siendo así está en todas partes. Con todo esto en este discurso se asevera que las cosas no cambian a otro ser, como se puede percatar, sino que el cambio que se produce en las cosas es a otro modo de ser:

En el uno infinito, inmóvil que es la sustancia, que es el ser si se da la multiplicidad, el número que por ser modo y multiformidad del ser, origina la denominación de cada cosa, no por eso hace que el ente sea más que uno, sino que es de muchos modos, formas y figuras.[4]

Luego entonces, como se afirma más adelante del texto, todo lo que difiera o constituya diversidad, alteración o cambio no es ente, no es ser, sino condición y circunstancia de ente y de ser.[5]

Finalmente se presenta el Infinito, el universo y los mundos que es más bien una continuación del mismo diálogo, básicamente es la descripción de cómo el universo siendo infinito e inmóvil, es capaz de crear movimiento en su interior, es decir en su propia alma, a la par de contener en sí mismo objetos inmóviles, como son los astros. Y es infinito por carecer de márgenes y superficies que lo limiten.[6]

Por último el texto nos presenta la explicación sobre la triada opuesta que continuan especificando lo qué es la unidad explicado del modo siguiente

…como si en un mismo sujeto se da el ser fuente, rio y mar, por la misma cuantidad y por la misma forma, pues es la fuente de la cual fluye. El rio es rio que a la vez es fuente, es rio y fuente que a la vez es mar o lago…

Dicha aseveración se manifiesta explicada en treinta condiciones que se especifican en una esfera infinita debido a su estructura en la cual todos sus puntos son igualmente equidistantes a su centro, en este aspecto podemos hablar del ente en acto a todo lo que puede existir retomando el ejemplo de la cita anterior donde en el mismo se dan tres potencias y tres actos,[7] para la esfera serán el centro, el diámetro, la circunferencia y la totalidad de todas sus dimensiones, es la expresión de la unidad absoluta donde todas las cosas son una debido a esta unidad, en este sentido el ente es principio, medio y fin. Es principio de todas las cosas, es la causa eficiente de todo, es el fin de todas las cosas; forma de las formas, causa eficiente de las causas eficientes, fin infinito.

Bibliografía

Fernández Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, BAC, 1990, pp. 359-380



[1]Fernández Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, BAC, 1990, p 361

[2] Íbidem. 366

[3] Íbidem. 367

[4] Íbidem. 369

[5] Íbidem. 371

[6] Cfr. Íbidem. 374

[7] Cfr. Íbidem. 376

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