miércoles, 7 de marzo de 2012

Paracelso, sobre la medicina y las Entidades



Paracelso fue un médico alquimista del siglo XVI. Hizo grandes aportes a la Química. Se dice que se graduó en la universidad de Viena en 1510 a los 17 años de edad. Él asumía que el médico si quería aprender bien debía hacerlo viajando, aprendiendo de todas las culturas…, él mismo, después de viajar durante 10 años, regresó a Austria en 1524, donde descubrió que era famoso por muchas curas que había desarrollado. Alcanzó la plenitud de su carrera en la universidad de Basel, en donde dio multitud de conferencias, pero también ganó muchos enemigos. Se ve obligado a huir a Alsacia, donde redacta el Gran libro de la cirugía, con lo que su fama se hizo más grande que antes de su huida. Muere en 1541 a los 48 años de edad sin conocerse la causa.[1]
En esta ocasión hago alusión a dos grandes obras de ParacelsoTratado de la identidad del veneno y El libro de los prólogos. En cuanto al primer texto es tomado de la antología de textos de Clemente Fernández, mientras que el segundo de las Obras completas editadas por schapire.
En el Tratado de la identidad del veneno encontramos algunos rasgos característicos de la filosofía de Paracelso. En este texto él mismo llegará afirmar que “toda cosa es perfecta por sí misma, pero puede ser buena o mala respecto a otra”.[2] Del mismo modo afirmará que el veneno sólo es malo con respecto a otra cosa. Así pues, Dios ha creado  todas las cosas perfectas en sí mismas, pero una cosa puede resultar imperfecta cuando se le emplea en utilidad de otra cosa. Sin embargo, Dios ha creado un Alquimista para la imperfección del uso que podemos hacer a las cosas, a fin de hacer un buen discernimiento. Este Alquimista es capaz de discernir el elemento saludable o el veneno de una cosa respecto de otra, a fin de tomar sólo lo bueno. Por otro lado, es importante aclarar que “Él a ninguna creatura arrebata su propia iniciativa, y que deja a cada cosa vivir en el grado de perfección que le corresponde. Y si ocurre que alguna resulta veneno para otra, ello no debe ser motivo de condena ni de queja contra Él”.[3] Y concluye el editor con las palabras de Paracelso: “esa es la razón de por qué ha creado las cosas de tal suerte que en toda cosa que ha de ser usada por otra está latente una virtud, fuerza o arte capaz de separar el veneno de lo saludable para el cuerpo y su alimentación, y así, es bien gobernado ese ser”.[4]
En cuanto al Libro de los prólogos consta de dos partes (nombrados por Paracelso como libros), cada parte o libro se divide en prólogos, cada uno de los cuales presenta una temática particular. En la primera parte, en el prólogo primero, el autor habla del contenido de la medicina, es decir comenta someramente del tratamiento, de las dolencias y de las enfermedades; aclara que sea cual sea la enfermedad siempre habrá cinco tratamientos, por eso  pedirá “que cada médico se esfuerce en un estudio cotidiano y constante para alcanzar la máxima ciencia y experiencia en cualquiera de los cinco métodos, sin olvidar que tanta o más importancia tiene alcanzar el conocimiento del alma que el del cuerpo de sus pacientes”[5]. En el segundo prólogo hablará de los dos grandes grupos de enfermedades y del modo de conducir sus remedios, estos dos grupos son los que van de dentro a la periferia y los que hacen lo contrario, es decir, los males que se manifiestan primero con un dolor interno y después hacen su aparición en la piel, y viceversa; y los medios para tratarlos serán la medicina física o clínica y la medicina quirúrgica. El tercer prólogo hablará de los modos o maneras de curar, en la especificación encontramos cinco modos: la medicina natural, la medicina específica, la medicina cabalística, la medicina de los espíritus y la medicina de la fe. En prólogo cuarto especificará el método de la enseñanza médica, en donde especifica el modo y el orden en que escribió sus tratados.
En la segunda parte (o libro segundo), en el prólogo primero encontraremos una advertencia sobre la necedad de los médico librescos y sobre la universalidad de los conocimientos médicos. En el prólogo segundo, Paracelso, hablará de las formas clínicas, proponiendo que hay “Entidades” que representan la causa de las enfermedades, así pues nuestro cuerpo está sometido a cinco entidades, cada una de las cuales posee en potencia todas las enfermedades. Lo anterior se aclara un poco en el prólogo tercero y el cuarto, donde especifica la naturaleza de las Entidades como directoras, moderadoras y reguladoras de nuestro cuerpo; estas Entidades son: la Entidad Astral, Entidad de los Venenos, la Entidad Natural, la Entidad de los Espíritus y la Entidad de Dios. Por otra parte, el prólogo quinto dará la razón de la especificidad de los remedios, en donde remarca la importancia de la atención del médico a las Entidades para una adecuada receta. Por último, en el sexto prólogo, Paracelso hace una defensa preventiva de que lo consideren hereje.

Bibliografía

«El almanaque.» Biografias de personajes celebres. s.f. http://www.elalmanaque.com/biografias/paracelso.htm (último acceso: 7 de Marzo de 2012).
Fernández, Clemente. Los filósofos del renacimiento. Madrid: BAC, 1990.
Paracelso. «Libro de los prólogos.» En Obras completas, de Estanislao Lluesma U., 25-30. Madrid: Editorial Schapire, 1945.




[1] «El almanaque.» Biografias de personajes celebres. s.f. http://www.elalmanaque.com/biografias/paracelso.htm (último acceso: 7 de Marzo de 2012).
[2] Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, BAC, 1990, p. 230.
[3] Ibídem. p. 231.
[4] Ibídem. p. 232.
[5] Paracelso. «Libro de los prólogos.» En Obras completas, de Estanislao Lluesma U., 25-33. Madrid: Editorial Schapire, 1945.

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