En el siglo V, cuando las provincias occidentales del imperio romano se habían separado del oriente, y aun después de sufrir unas grandes dificultades sociales y económicas siguen sufriendo los continuos asaltos de los bárbaros que venían del este y del norte. Las luchas de los pueblos romanos y los nuevos invasores, provocaron lo que se le conoce como la caída del imperio romano, que más que una caída del imperio era una adaptación al equilibrio étnico, se refiere pues a las nuevas políticas y estructuras sociales.
En este libro el autor prefiere no poner fechas exactas de lo que fue la caída del imperio romano o el comienzo de la Edad Media, para no vulgarizar las fechas, alterarlas o disminuirlas.
Orígenes de las migraciones
La información que existe sobre las causas que determinaron las migraciones de los bárbaros, han sido vagamente estudiados al igual tratar de explicarlos. Es difícil aclarar si las migraciones se debieron a la disminución o al desvanecimiento climático, y que por esta situación los pastores cambiaran de trayectoria hacia mejores tierras. Al igual resulta difícil explicar si fue una expansión demográfica muy dramática, tampoco se puede explicar si fue una determinada estructura social, lo que determina la migración de “numerosos miembros del clan en busca de mejor suerte”[1]. Lo que resulta claro es que, la movilidad de los ganaderos y agricultores que se establecían en los bosques, favorecían en gran parte a las empresas, “esta movilidad marcara durante toda la Edad Media e incluso por más tiempo, nuestros pueblos de occidente; surgidos de esta mezcolancia étnica”[2].
Por otro lado, existieron grandes batallas en ese entonces, pero fueron muy escasas las que llamaron la atención de los cronistas, las que más resaltaron fueron: “la victoria de los godos en Adrianópolis contra las tropas de Valente, el 9 de agosto de 378, o la desastrosa brecha abierta en el limes del Rin el 31 de diciembre de 406 por los vándalos y sus aliados, o aun las brutales conquistas de España por los mismos vándalos (409) y de Auvernia por los visigodos”[3].
Los pueblos bárbaros
Pues bien, si retrocedemos a la antigua Grecia, recordaremos que los griegos llamaban bárbaros a todos aquellos que no sabían comunicarse, aquellos que no usaban el logos, estos eran pues los bárbaros, y aquí en la Edad Media los romanos llamaban bárbaros a todos aquellos pueblos extranjeros, “es decir; ajenos a la civilización”[4].
Las invasiones germánicas
Una de las grandes invasiones, fue la de los hunos, que venían de Asia, destruyeron al Imperio alano que estaba establecido a las orillas del mar Caspio. En su camino al oeste desviaron todos los ataques y en los 400-410 fundaron un gran Estado nómada en Europa. Ya para el 434 estaban dirigidos por el rey Atila, y en el 451, asoló el norte de Galicia, mas tarde fue detenido por las murallas de Orleans y derrotado en los campos de cataláunicos por los romanos y algunos aliados bárbaros. Después se dirigió a Italia tomando ciudades, al llegar su muerte, en el 453, se anuncio “la desmembración del imperio huno, tan temido por los romanos”[5].
Las migraciones por mar de los germanos eran procedentes del norte, y no eran más grandes que las migraciones terrestres que agrandaron el mapa étnico y político en el noroeste en Europa. Ya para el siglo VI, los piratas sajones, invadieron las costas del “mar del norte del canal de la mancha y el Océano Atlántico hasta los estuarios de Galicia”[6].
Las rebeliones indígenas
Las grandes migraciones germánicas crearon una gran confusión y enredo dentro del Imperio. En África, se exterminaron las defensas de la ciudad en contras de las tribus nómadas al igual que en Galicia, España, Bretaña, de ahí las rebeliones de los indígenas. Otra consecuencia, es el surgimiento de las tradiciones esenciales a la evolución de los géneros de “vida cultos religiosos y forma de expresión artística (fundamentalmente motivos ornamentales); este surgimiento marco al mismo tiempo toda la vida política del momento”[7]. Por otro lado los conflictos y los problemas sociales se agrandaron.
En el 400-450 el imperio se encontraba amenazado por los rebeldes agrarios, los “bagaudas de Galicia y Tarraconense, bandas rustici del noroeste de España, Circoncelliones de África”[8].
Así pues, todas las invasiones de los bárbaros procedentes del este o del oeste desataron grandes migraciones hacia el Imperio. De estas migraciones, solo se conoce la más importante “la de los celtas o bretones de Bretaña que huyendo de sus propias islas cedidas por Roma a los bárbaros, atravesaron el canal de la mancha para establecer en el sur, en Armórica, la gran Bretaña actual, y también en las costas de Galicia”[9].
De esta forma la perteneciente nación nos da a conocer la resistencia de Bretaña, que fue sometida a los duros asaltos y que recurrieron hacer una frontera.
Pues bien, en este texto conocimos las migraciones e invasiones, la separación del pueblo romano al Oriente, sus luchas, las invasiones que originaron la caída del imperio romano. Lo que desato las migraciones, que aunque no se explico del todo las causas, conocimos algunas batallas importantes en la edad media, pasando por los bárbaros, que aunque no civilizados llegaron a ser aliados de los romanos apoyándolos en las invasiones. Las invasiones germánicas y las rebeliones indígenas.
Texto de Oscar Barragán Solís (UAEM)
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