viernes, 25 de marzo de 2011

Martín Lutero y sus 95 tesis


Lutero fue un teólogo alemán nacido en 1483, inicialmente fue fraile católico, pero posteriormente se separo de la iglesia y sus ideas sirvieron de inspiración para la reforma protestante, en ellas exhortaba a la Iglesia a que al impartir la doctrina a sus seguidores, se apegara a la palabra bíblica, se pronuncio a favor del libre albedrío, de la libertad de examen de conciencia, y particularmente en contra de la venta de indulgencias por parte de la iglesia a los seguidores de la fe católica, estas remisiones eran una suspensión del castigo por el pecado, que podía ser comprada por cualquier persona, después de eliminar la culpa a través de la absolución. Lutero, veía en este tráfico de indulgencias, mentira y abuso de poder, que alejaba a la gente del verdadero arrepentimiento por sus pecados, por lo que el 31 de octubre de 1517 clavó en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg las llamadas “95 tesis” en las que denunciaba la avaricia y el paganismo de la iglesia, y lanzaba una invitación abierta para el debate de sus ideas que comenzaba de la siguiente manera.

“Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.”


La idea central de las 95 tesis gira en torno a las mencionadas indulgencias, y su contenido puede concretarse temáticamente de la siguiente forma:

Sobre las facultades del Papa.
El Papa no puede remitir culpa alguna, solo testimoniar que la culpa ya ha sido remitida por Dios, y Dios no remite la culpa del pecador, sin que este haya cumplido su penitencia internamente y en obra, el Papa tampoco está facultado para redimir de pena alguna a las almas del purgatorio, puede interceder a favor de estas almas en sus oraciones, pero él no posee las llaves de la entrada al cielo, este acenso no tiene nada que ver con el pago de una remisión, depende de la voluntad de Dios.

Sobre las facultades de la iglesia.
La iglesia no posee la facultad de redimir las culpas de los muertos, pues éstos no cumplieron con su penitencia en vida, ni debe cobrar la indulgencia a los moribundos, pues esta debe otorgarse a ellos por decreto papal, el sacerdote no posee la facultad para imponer al moribundo cumplir con su penitencia en el purgatorio pues los moribundos son absueltos de todas sus culpas a causa de la penitencia que implica la misma muerte inminente.



Sobre los deberes de la iglesia.
Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión de pena y culpa, aun sin carta de indulgencias, y es deber de la iglesia informar a los cristianos que aquel que actúa caritativamente, realiza una obra mayor que comprarse una indulgencia, que la adquisición de indulgencias es algo completamente opcional, y que una remisión no es un certificado válido de anulación de toda pena y toda culpa por el pecado cometido, nuestro señor Jesucristo dijo: “haced Penitencia”, pero no se refería a la penitencia otorgada tras la confesión, pues ésta no sirve de nada si el pecador sigue obrando de la mima manera, adquirir un indulgencia es sólo comprar el derecho, de que un representante de Dios, interceda a favor del perdón del pecador por el daño cometido.

Una invitación a la reflexión.
Finalmente Lutero invita a reflexionar, si se pretende difundir la imagen de una iglesia en la que tiene un acceso directo al perdón de Dios, el más soberbio y acaudalado pecador, en lugar del pecador más arrepentido y humilde.

Lutero no sólo provocó un cambio importante en el ámbito religioso, pues la época en la que se sitúa se caracteriza (aún más que la de hoy) por una fe ciega, por creer en la voz de la iglesia como la única verdad, ya algunas órdenes de frailes, se habían pronunciado en contra de algunas ideas de la iglesia y sus representantes, pero esta inconformidad permanecía dentro de las paredes del convento de cada congregación, Lutero en cambio se arriesgo a enfrentarse a esta poderosa institución abiertamente, lo que lo convierte en un ejemplo de determinación de lucha por defender un ideal se sale de los cánones establecidos, sumergido en el contexto religioso de la Europa del siglo XV, levanta la cabeza y se pregunta ¿porque?, ¿las cosas son realmente como se le han trasmitido a la humanidad? y enuncia su verdad, misma que se extiende por todo el continente en menos de dos meses (algo impresionante para su época), lo que nos muestra el interés latente de la gente por conocer sus ideas.

Por todo lo anterior, Lutero termino siendo excomulgado, acusado de hereje y perseguido. Pero desafortunadamente para la iglesia, murió viejo, gordo, y cómodamente recostado en su cama.


MARTIN LUTERO, (1739), Edición Walch, Tomo II, formato electrónico.

1 comentario:

  1. Querida Dulce
    No me queda clara la referencia del material
    ¿se tata de las obras completas de Lutero? ¿es un estudio sobre Lutero?

    Por otro lado ¿ya investigaste el asunto sobre Thomas Münzer y los anabaptistas?

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