jueves, 10 de enero de 2013


Apuleyo: La metamorfosis o el asno de oro,  Libro V.

Este libro inicia con la intención de Eros, hijo de Venus, de tener una relación con una mujer humana, Psiche, la cual es llevada hasta el palacio o lugar donde habita Eros, este lugar se describe de la siguiente forma:

“A la entrada de la casa estaba un palacio tan rico y hermoso, que parecía ser morada de algún dios, porque el zaquizamí y cobertura era de madera de cedro y de marfil maravillosamente labrado; las columnas eran de oro, y todas las paredes cubiertas de plata. En la cual estaban esculpidos bestiones y animales que parecía que arremetían a los que allí entraban. Maravilloso hombre fue el que tanta arte sabía, y pienso que fuese medio dios, y aun creo que fue ese  dios, él que con tanta sutilidad y arte hizo de la plata estas bestias fieras”.[1]

El lugar está descrito de forma tal que incluye muchos detalles, tanto en aspectos artísticos así como de elementos preciosos, como lo es el oro y la plata. Ésta última trabajada y labrada de tal forma que Psiche se queda asombra de dicho labrado. Interesante es notar que las bestias o fieras están cuidando la entrada, puesto que se ve que están por asechar a todo aquel que ose penetrar al lugar.

Además de esto, están las servidoras del palacio, quienes ya esperaban a Psique para atenderla, por tanto no era una intrusa sino que ya estaban advertidas de su próxima visita. Esta presencia está marcada por la aparición de Eros, quien no dejaba que viera su rostro, pues las visitas que hacía eran de noche. “Psiche se fue a dormir, y después de haber pasado un pequeño momento de la noche, comenzó a dormir; y luego despertó con gran miedo…. Estando en este miedo vino el marido no conocido, y subiendo en la cama hizo su mujer a Psiche”[2].

Introducida Psiche en el palacio y con las visitas frecuentes de su marido, Eros, pasó un largo tiempo, lo que provocó en las hermanas mayores una gran desilusión,  la cual se debió a la falta de noticias de ella, propiciando la siguiente conjetura, Psiche estaba muerta. Esta información llegó a Eros, quien se lo contó a Psiche y le comentó lo que estaba pasando, así  mismo le advirtió de lo que le podía causar si hacía caso a esto que le mencionó. Lo único que quería Eros es que no salga lastimada ni él herido.

Ella no pudo con lo acontecido y se preguntó si no volvería a ver a su familia o, aún más, no platicar nuevamente con alguna persona.  Esto la llevó a una tristeza profunda, que fue comprendida por Eros y advertida por él mismo de lo que sucedería. Sin embargo él asintió y dio permiso para que ella fuera visitada por sus hermanas. Esta visita se dio y, platicando con ellas, las consoló y les dijo que ella no estaba muerta, pero dada la plática, y asombradas de donde vivía, las hermanas quedaron sorprendidas y la avaricia se apoderó de ellas, quienes al despedirse de Psiche, ésta les dio una cantidad de joyas, no sólo para ellas sino también para los padres, quedándose ellas con las joyas. Esta avaricia aunada a las mentiras que quisieron introducirle a Psiche provocó que las hermanas quisieran tomar el lugar de la mujer de Eros. Estas visitas se incrementaron y Psiche no les contaba la realidad de lo que ella vivía, hasta que se percataron de la verdadera situación de Psiche, quien en verdad no conocía a su marido, pues éste sólo la visitaba de noche, por lo que ellas le insinuaron que era una bestia lo que tenía por marido, lo que le llevó a creer en sus palabras  y contarles a las hermanas por lo que pasaba, desembocando en un asentimiento a sus palabras y tomando sus consejos.

Estos consejos radicaron en dar muerte a la bestia que tenía por marido, y ella introducida en cólera y miedo, por no saber quién era realmente su pareja, se armó de valentía y fue en busca de Eros, al llegar con él, ya de noche, tomó  un candil para iluminarlo y poder ver su verdadero rostro. Ésta quedó asombrada de tanta belleza que tenía su marido, por lo que en su desconcierto lastimó a Eros con una gota de aceite del candil, y al ser quemado despertó súbitamente. Este suceso provocó que Psiche fuera llevada lejos del palacio donde vivía.

Al darse cuenta Pische que había caído en las mentiras de sus hermanas y lastimado a Eros, se entristeció y tomó venganza en contra de las hermanas, quienes llenas de avaricia y codicia por el lugar que ocupaba, querían tomar su lugar. Sabiendo esto, fue hacia sus casas a contarles lo sucedido y por tanto ellas fueron en busca de Erós, al risco donde Psiché había sido llevada por él. Una de ellas al tirarse de risco pensó que iba a ser llevada por el viento hacia el palacio, y ella no llegó pues el viento no cumplió lo que la mujer pretendía y  murió.  Lo mismo sucedió con la otra hermana mayor, sin importar su situación esponsal, fue en búsqueda de la misma posibilidad entonces ella también murió.

Venus, la madre de Eros, fue avisada por una ave blanca, de la situación de su hijo. Ella, al estar enterada de la circunstancias y considerar a su hijo una persona que no sabía del amor, se lamentó de criarlo en su infancia, ella se encolerizó por lo sucedido y más en contra de su hijo que de la propia Psiche.

 

¡Honesta cosa es, y que cumple mucho a nuestra honra y a tu buena fama lo que has hecho! ¿Parécete buena cosa menospreciar y tener en poco los mandamientos de tu madre, que más es tu señora, dándome pena con los sucios amores de mi enemiga, la cual en esta tu pequeña edad juntaste contigo con tus atrevidos y temerarios pensamientos? ¿Piensas tú que tengo yo de sufrir por amor de ti nuera que sea mi enemiga?” [3]

 

Venus se enojó de forma sin igual, pues no consideró que su negocio fuera a salir de esta manera, entonces tomó coraje no solo contra su enemiga sino contra Eros quien se había enamorado de una mujer humana.

 

Finalizando esta parte de libro cabe notar primero que esta relación fue planeada por Venus madre de Eros, pues consideraba como enemiga a Psiche. Aunado a esto estaban las hermanas de Psiche, quienes llenas de envidia querían el lugar ella, por la posición en la que se encontraba. Por otro lado es interesante notar como la relación entre humanos y dioses era de noche, al menos entre Eros y Psiche, y la relación entre dioses y sus servidores no estaba marcada por estas características. Podría decirse que era por la divinidad y por la grandeza de los dioses que no se permitía ver de frente a estos entes.

 

 

Bibliografía.

Lucio Apuleyo, La metamorfosis o el asno de oro, Trad.  Diego López de Cartagena (1500), Madrid, Ed. Espasa Calpe, 1949 (versión en pdf).

Etiquetas: Eros, Psique, Venus.



[1] Lucio Apuleyo, La metamorfosis o el asno de oro, Ed. Espasa Calpe, 1949 (versión en pdf) pag. 72
[2] Ibíd.
[3] Lucio, op. cit. p 86

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