Apuleyo: La metamorfosis o el asno de oro, Libro V.
“A la entrada de la casa estaba un palacio tan rico
y hermoso, que parecía ser morada de algún dios, porque el zaquizamí y
cobertura era de madera de cedro y de marfil maravillosamente labrado; las
columnas eran de oro, y todas las paredes cubiertas de plata. En la cual
estaban esculpidos bestiones y animales que parecía que arremetían a los que
allí entraban. Maravilloso hombre fue el que tanta arte sabía, y pienso que
fuese medio dios, y
aun creo que fue ese dios, él que con
tanta sutilidad y arte hizo de la plata estas bestias fieras”.[1]
El lugar está descrito de forma tal que incluye
muchos detalles, tanto en aspectos artísticos así como de elementos preciosos, como
lo es el oro y la plata. Ésta última trabajada y labrada de tal forma que Psiche
se queda asombra de dicho labrado. Interesante es notar que las bestias o
fieras están cuidando la entrada, puesto que se ve que están por asechar a todo
aquel que ose penetrar al lugar.
Además de esto, están las
servidoras del palacio, quienes ya esperaban a Psique para atenderla, por tanto
no era una intrusa sino que ya estaban advertidas de su próxima visita. Esta
presencia está marcada por la aparición de Eros, quien no dejaba que viera su
rostro, pues las visitas que hacía eran de noche. “Psiche se fue a dormir, y después de haber pasado un pequeño momento de
la noche, comenzó a dormir; y luego despertó con gran miedo…. Estando en este
miedo vino el marido no conocido, y subiendo en la cama hizo su mujer a Psiche”[2].
Introducida Psiche en el palacio y con las visitas frecuentes de su
marido, Eros, pasó un largo tiempo, lo que provocó en las hermanas mayores una gran
desilusión, la cual se debió a la falta
de noticias de ella, propiciando la siguiente conjetura, Psiche estaba muerta.
Esta información llegó a Eros, quien se lo contó a Psiche y le comentó lo que
estaba pasando, así mismo le advirtió de
lo que le podía causar si hacía caso a esto que le mencionó. Lo único que
quería Eros es que no salga lastimada ni él herido.
Estos consejos radicaron en dar muerte a la bestia que tenía por
marido, y ella introducida en cólera y miedo, por no saber quién era realmente
su pareja, se armó de valentía y fue en busca de Eros, al llegar con él, ya de
noche, tomó un candil para iluminarlo y
poder ver su verdadero rostro. Ésta quedó asombrada de tanta belleza que tenía
su marido, por lo que en su desconcierto lastimó a Eros con una gota de aceite
del candil, y al ser quemado despertó súbitamente. Este suceso provocó que
Psiche fuera llevada lejos del palacio donde vivía.
Al darse cuenta Pische que había caído en las mentiras de sus hermanas
y lastimado a Eros, se entristeció y tomó venganza en contra de las hermanas,
quienes llenas de avaricia y codicia por el lugar que ocupaba, querían tomar su
lugar. Sabiendo esto, fue hacia sus casas a contarles lo sucedido y por tanto
ellas fueron en busca de Erós, al risco donde Psiché había sido llevada por él.
Una de ellas al tirarse de risco pensó que iba a ser llevada por el viento hacia
el palacio, y ella no llegó pues el viento no cumplió lo que la mujer pretendía
y murió. Lo mismo sucedió con la otra hermana mayor, sin
importar su situación esponsal, fue en búsqueda de la misma posibilidad entonces
ella también murió.
Venus, la madre de Eros, fue avisada por una ave blanca, de la
situación de su hijo. Ella, al estar enterada de la circunstancias y considerar
a su hijo una persona que no sabía del amor, se lamentó de criarlo en su
infancia, ella se encolerizó por lo sucedido y más en contra de su hijo que de
la propia Psiche.
“¡Honesta cosa es, y que cumple mucho a nuestra honra y a tu buena fama
lo que has hecho! ¿Parécete buena cosa menospreciar y tener en poco los
mandamientos de tu madre, que más es tu señora, dándome pena con los sucios
amores de mi enemiga, la cual en esta tu pequeña edad juntaste contigo con tus
atrevidos y temerarios pensamientos? ¿Piensas tú que tengo yo de sufrir por
amor de ti nuera que sea mi enemiga?” [3]
Venus se
enojó de forma sin igual, pues no consideró que su negocio fuera a salir de
esta manera, entonces tomó coraje no solo contra su enemiga sino contra Eros
quien se había enamorado de una mujer humana.
Finalizando
esta parte de libro cabe notar primero que esta relación fue planeada por Venus
madre de Eros, pues consideraba como enemiga a Psiche. Aunado a esto estaban
las hermanas de Psiche, quienes llenas de envidia querían el lugar ella, por la
posición en la que se encontraba. Por otro lado es interesante notar como la
relación entre humanos y dioses era de noche, al menos entre Eros y Psiche, y
la relación entre dioses y sus servidores no estaba marcada por estas
características. Podría decirse que era por la divinidad y por la grandeza de
los dioses que no se permitía ver de frente a estos entes.
Bibliografía.
Lucio Apuleyo, La metamorfosis o
el asno de oro, Trad. Diego López de
Cartagena (1500), Madrid, Ed. Espasa Calpe, 1949 (versión en pdf).
Etiquetas: Eros, Psique, Venus.
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