miércoles, 29 de febrero de 2012

Pico de la Mirandola, tratado sobre el uno y el ente

 
Se dice que Giovanni Pico de la Mirandola nace en Florencia alrededor del año 1463 y muere en 1494. En pleno auge de la época renacentista publica sus tesis, tituladas Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae. En efecto, uno de sus escritos más relevantes es El ente y el uno donde trata de dar su significado al ente y al uno retomando los conceptos de algunos filósofos griegos, para que en un segundo momento se pueda indagar sobre el conocimiento y características de Dios, el cual será visto como uno y como ente; o mejor dicho como súper-ente y súper-uno.

  Primeramente, Pico de la Mirandola trata de explicar lo que es el ente y el uno teniendo como base a Aristóteles y a Platón, ya que ellos fueron los que distinguieron tales significados. A pesar de ello, los hombres de la Academia aportan su pensamiento diciendo que el uno es anterior al ente, pues el uno es más simple y común. Con ello dan a entender que Dios es uno y no es ente. De esta forma Platón sostiene que el uno y el ente son convertibles y así el uno no es superior al ente. Dicha distinción se ubica en los diálogos de Parménides y en el Sofista. En cuanto al Sofista se menciona que el uno y el ente son iguales y no que el uno sea superior al ente, mientras que en el de Parménides, se menciona que al afirmar que el uno está sobre el ente, y afirmar que si todas las cosas son uno, ese uno no será ente.

  En efecto, según Pico de la Mirándola haciendo referencia a Platón, expresa que para él, “son idénticos no uno y no nada; iguales a sí mismo uno y algo. Después prueba que no se puede decir que el no ente sea uno, y concluye así: el ente no sobreviene al no ente”.[1]

  Mientras tanto, la aportación de Aristóteles en cuanto al uno y al ente son diversas a las de Platón Por ejemplo: “el término ente, sobre el cual se plantea la cuestión de si es igual al uno, se puede tomar en dos acepciones: primera, entendiendo por él todo lo que está fuera de la nada. En esta acepción lo toma Aristóteles cuando hace al ente igual al uno; y cuando el vulgo entiende al ente de tal suerte que llama ente a todo aquello a lo cual no le falta el ser (esse) y que no puede ser llamado con razón nada”.[2]

  El ente presenta el aspecto de término concreto. En efecto, ente y lo que es es lo mismo. Su abstracto es el termino (esse). Así pues, Dios no es ente, sino súper-ente. Esto se refiere a que el uno (Dios) está sobre el ente. Por ello Dionisio dice que Dios es llamado uno porque es el principio de todas las cosas.

  Cabe mencionar que hubo otros filósofos griegos como Parménides que identificaban al uno como Dios, por ejemplo, en su poema menciona que el uno es aquello que a su juicio merece el nombre de ente, el cual es Dios. También es importante saber que el no ente o la nada no pueden ser llamado uno.

  Consecuentemente, existe la posibilidad de hablar de algo que es superior al ente lo cual es Dios, es decir, Dios está sobre el ente, y no bajo él. Conforme a esta visión se cree que Dios es eminentísima y perfectísimamente. Eso no podrá suceder si no contiene en sí las perfecciones de todas las cosas, de tal manera que excluya cuanto de imperfección hay en ellas. Por ello la imperfección se debe de entender que hay “algo en una cosa que en su género no llega a la perfección; otro, el de que es, sí, perfecta en su género, pero no por eso es ya absolutamente perfecta, porque sólo tiene la perfección de un único género y existen fuera de él muchas cosas, ennoblecidas con sus perfecciones propias, que ella no contiene”.[3] Con tal explicación se pretende mostrar que Dios es la perfección total e infinita.

  Lo que se ha querido explicar durante el escrito es que filosóficamente se quiere dar a conocer quién es Dios, rescatando en Él sus características de perfección y creador de todas las cosas, pues es el primero de todos. Esto se va explicando mediante los conceptos de lo que es el uno y el ente.

  Ahora bien, es importante decir que hay cuatro predicados que se hallan en Dios, los cuales también se encuentran en los seres que existen después de Dios, ya que Dios los posee de por sí. Los cuatro predicados o características de Dios son: ente, uno, verdadero y bueno. Estos a la vez tienen sus contrarios como nada, dividido, falso y mal. En efecto, estas características se presentan universalmente a cada cosa. Otro aspecto fundamental que se debe tener presente es que todos los que existen después de Dios tienen causa suficiente, ejemplar y final. Como todos vienen de Él, por Él y para Él; se dice que son entes (entia), porque por su eficiencia participan del ser (esse).
 
  Prosiguiendo con el tema se menciona que Dios es la totalidad de acto, como la plenitud de ser, por lo cual le hace ser la Verdad misma, la Bondad, la Plenitud y la Unidad indivisa. Estas cuatro cosas que son parte de Dios también forman parte de todas las cosas. En consecuencia Pico de la Mirándola dice:

“El bien atañe a la causa final, la verdad a la ejemplar, y el ente a la eficiente, Dios en cuanto que es causa tendrá primero carácter de bien, después de verdad, y en último lugar de ente”.[4]

  De esta manera Pico de la Mirandola hace un análisis de lo que es el uno y el ente haciendo la comparación con diferentes posturas que le ayudan a concretizar el significado del uno y el ente. Gracias a ello puede argüir que Dios es el súper-ente y el súper-uno por todas sus cualidades y sobre todo por ser la totalidad de todas las cosas del mundo haciéndolas participar de sus cualidades.

  Entretanto, el escrito del ente y el uno es una reflexión netamente filosófica en la que Pico de la Mirándola retoma a Aristóteles y a Platón para comparar el significado de cada palabra y así indagar y llegar al quid que es Dios, reconociendo en Él cuatro características como: ente, uno, verdadero y bueno. Sabiendo que cada una tiene sus peculiaridades y más que nada se hacen partícipe en lo que Dios ha creado. En conclusión, el pensamiento de Pico de la Mirandola es por una parte filosófica y por la otra teológica, ya que estás dos se ayudan para reconocer a Dios como Él es. De igual forma con el tratado del ente y el uno se manifiesta la necesidad de la época en la que estaba viviendo, la cual es el periodo renacentista. Así pues, su escrito realiza una indagación reflexiva y profunda para arribar a Dios.
 
Bibliografía:
Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, 56, pp. 92

[1] Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, pág.71.
[2] Ibidem,pág, 73.
[3] Ibidem, pág, 77.
[4] Ibidem, pág, 90.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, como bien dices, la reflexión filosófica de Pico de la Mirandola es de talante filosófico-teológico, sin embargo esto no empobrece una u otra perspectiva, sino que al contrario, enriquece la visión que de Dios se pudiera hacer (desde cualquiera de los dos enfoques). Me parece interesante como aborda el tema de la imperfección o perfección de las cosas para determinar que hay un ente que posee en sí la perfección.

    Lógicamente se puede argumentar esto. Si yo digo que cierto árbol no es perfecto es porque no ha alcanzado la plenitud de su ser, o no ha llegado al acto de su ser, sin embargo, ese acto existe, y no solo como un imposible. Es decir, si yo digo: ese árbol no es perfecto, pero en realidad es imposible que ese árbol llegue a ser mejor que el que ya es, entonces estoy errado, porque, si el árbol ha llegado a la plenitud de su ser, ha llegado a su acto, entonces es perfecto. Por lo tanto, el que las cosas se juzguen de más o menos perfectas, lo único que hace es evidenciar la existencia de un ser que contenga en sí la perfección de todas las cosas, puesto que, de no ser así, todo sería ya perfecto.

    Muy interesante cómo Pico de la Mirandola especifica que Dios es el súper-ser. Y sí, así debe ser, porque si no está más allá del ser, entonces participa de las mismas cualidades corruptibles del ser, por lo tanto ya no sería Dios.

    Muchas gracias hermano Alejandro por tu aporte.

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  2. Me parece que el pensamiento que desarrolló Pico de la Mirándola está muy acorde con lo que decía Pseudo Dionisio Areopagita, el cual infería que Dios esta más allá de las cualidades o características humanas, es decir, no se le puede nombrar o conocer por medio de conceptos antropomórficos, pues solamente se le limitaría, y se dirían cosas que no son Él. Pico de la Mirándola refleja que a Dios solamente se le puede conocer por medio de la vía positiva de Dionisio, es decir, por el cause de como se le nombra a Dios, y esta puede ser nombrándolo como súper-ente o súper-uno, mas esos conceptos no designan quien es Dios, pues no se le puede conocer en la totalidad, ya que Él está más allá de toda visión y todo conocimiento, tal como diría Pseudo Dionisio Areopagita.
    Gracias Sr. Alejandro sdb por tu aportación.

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