Maquiavelo nació en Italia en 1469, hijo de una familia pobre. Fue diplomático, filósofo y escritor.
Dentro de todas las obras que publicó, unas de las más importantes son: El príncipe, escrita en 1512, y Discursos sobre la primera década de Tito Livio, escrita en 1519.
Sobre la primera obra titulada El príncipe y publicada hasta 1532, Maquiavelo dice que para llegar a ser príncipe hay dos caminos totalmente diferentes entre sí, que no pueden atribuirse del todo a la fortuna o a la virtud, el primer camino, es ascender al poder por algún camino malvado o perverso, y el segundo camino, es llegar a ser príncipe por el favor de sus conciudadanos.
El siciliano Agatocles, llegó a ser rey de Siracusa de la siguiente manera. “Convocó una mañana al pueblo y al senado de Siracusa, como si tuviese que deliberar con ellos cosas pertinentes a la república, y, a una señal convenida, hizo que sus soldados matasen a todos los senadores y a los más ricos del pueblo.”[1] De esta manera, muertos ellos, tomó el poder y ejerció la soberanía en Siracusa durante 28 años.
¿Cómo se explica que Agatocles y otros como él, pudiesen permanecer en el poder sin que el pueblo hubiese conspirado en contra? Maquiavelo explica que esto se debe al buen uso que se haga de la crueldad, ya que cuando se usa una sola vez para asegurarse en el poder, y después ya no se insiste en ella, sino que al contrario, ayuda al pueblo, se dice que la ha usado de una manera adecuada, buena. “Las ofensas deben hacerse todas de una vez, a fin de que se experimenten menos y menos hieran, y los beneficios deben hacerse poco a poco, para que se saboreen mejor.”[2]
Los príncipes, escribe Maquiavelo, deben desear ser tenidos por clementes y no por crueles, mas deben saber usar esa clemencia. Y ¿cómo usar bien la clemencia? Con pocos castigos ejemplares para mantener el orden y evitar el exceso de confianza o la demasiada desconfianza. Pero también un príncipe debe ser temido antes que amado, pues sólo así los hombres temerán ofenderlo y no lo abandonarán por miedo a un castigo. El príncipe debe hacerse temer, aunque ello implique derramar sangre, pues sólo de esa manera el ejército o el pueblo se mantendrá disciplinado y dispuesto a cualquier empresa. Un ejemplo claro es el de Aníbal,[3] quien mandando a un ejército muy grande, formado de hombres de todas las razas, no tuvo nunca alguna protesta por parte de ellos en los momentos difíciles o prósperos que vivieron, esto debido a que tenía con ellos una “inhumana crueldad, la cual, unida a su gran valor, hizo que siempre sus soldados lo mirasen con veneración y terror.”[4] Si Aníbal no se hubiera hecho temer ante sus soldados, no hubiera logrado grandes hazañas haciendo uso solamente de sus demás cualidades, que sin duda eran bastantes.
Un príncipe no debe apartarse del bien mientras pueda, pero debe saber entrar en el mal cuando se lo imponga la necesidad, de modo que es necesario que sepa combatir por las dos maneras que existen, la de las leyes y la de la fuerza, una propia de los hombres y la otra de los animales.
De su segunda obra Discursos sobre la primera década de Tito Livio, publicada en 1531, Maquiavelo escribe que los hombres no obran nunca el bien, y si lo hacen es por necesidad.
El conocimiento y diferenciación de las cosas buenas de las malas, se originó desde el principio del mundo, y para evitar el mal, “los hombres acudieron a hacer leyes y ordenar castigos a quienes las infringiesen,”[5] de modo que las leyes en cada lugar, suponen que todos los hombres son malos, y que están dispuestos a usar de su malignidad cuando se les presente una ocasión propicia para ello. “Cuando en una cosa se procede de por sí bien sin la ley, la ley no es necesaria; pero cuando falta esa buena costumbre, se hace necesaria la ley.”[6]
En conclusión, lo que realiza Maquiavelo en sus obras, es poner de manifiesto su pensamiento sobre la política, para dar bases sobre cómo debe actuar un gobernante, qué cualidades debe tener, qué virtudes debe practicar, etc. Maquiavelo expone su perfil de cómo debería ser el gobernante de un pueblo, o el príncipe como él mismo lo llama.
Lo importante para Maquiavelo es el poder, y su reflexión gira sobre él. Le interesa saber cómo se llega a él y se mantiene, cómo se pierde y por qué, cuáles son las características de él, etc. Para Maquiavelo el poder político es sumamente imprescindible para dirigir a un pueblo, ya que sin él, el pueblo se dispersa, se pelea y desaparece. El poder según Maquiavelo tiene como finalidad mantener la unidad y el orden, de ello depende el desarrollo integral del pueblo, así que los medios para alcanzarlo no importan, lo que vale aquí es la finalidad.
Bibliografía.
Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, 1990, pp. 629.
[1] Fernández, Clemente, Los filósofos del renacimiento, Madrid, Editorial BAC, 1990, p. 127.
[2] Ibidem, p. 129.
[3] Militar Cartaginés que nació en el 247 a.C. Aníbal dirigía un ejército de 60,000 hombres para destruir a los romanos, pues había jurado a los dioses odio eterno a los romanos.
[4] Op. cit. p. 135.
[5] Ibidem, p. 144.
[6] Ibidem, p. 145.
Conocer la obra “El príncipe” de Maquiavelo, nos abre el panorama para hablar sobre la corriente maquiavelista como la extensa literatura política que gira en torno a él. Es interesante conocer a este personaje y su capacidad de develar la naturaleza del poder en forma tan realista y concreta por parte de él.
ResponderEliminarLa manera de desenvolverse en la sociedad dejan ver su capacidad de liderazgo y de dominio público que tiene sobre las masas: “el arte de conquistar el poder”. Se dice que a partir de su libro “El príncipe2 se puede hablar con mayor dominio sobre la política, lo interesante de tu aportación no sólo es conocer su obra, sino también un poco de su contexto histórico como de su actitudes que sin duda nos favorecen a comprender más su pensamiento como sus ideologías.
Creo que tu aportación gira en torno a cómo se debe de llegar al poder, y creo que es pasando por el bien y por el mal cuando el bien no se pueda utilizar.En esto percato que el hombre está en busca de sentirse bien y de saciar sus necesidades. Lo que encontré del pensamiento de Maquiavelo menciona que: "es necesario que un príncipe que desee mantenerse en su reino, aprenda a no ser bueno en ciertos casos, y a servirse o no servirse de su bondad, según que las circunstancias lo exijan". Con ello arguyo diciendo que el uno de los fines del hombre es tener el poder adquiriéndolo por medio del bien y en ciertos casos por el malo.
ResponderEliminarMe parece muy interesante conocer cómo Maquiavelo ocupa estas dos obras filosóficas al tema de la política. Y me digo que me parece interesante porque fue un filósofo del siglo XVI que, al igual que otros filósofos de la época (como Tomás Moro) sus reflexionas giraban en torno al gobierno, a la política. Me parece que puede leerse que la época medieval, al menos en Europa, pasaba por momentos oscuros en cuanto a la forma de gobierno. Me es posible interpretar cierta preocupación de los intelectuales por determinar "qué forma de gobierno es la más adecuada", o "de qué manera se debe gobernar".
ResponderEliminarMe llamó la atención, como bien dices: "de modo que las leyes en cada lugar, suponen que todos los hombres son malos", que Maquiavelo así pensara de las leyes. Aunque no poseo un bagaje de filosófica política adecuado, me parece que la postura de Maquiavelo es un tanto extremista y negativa. Yo creo que no es así. Yo creo que las leyes se originaron, más que para castigar o prevenir "la naturaleza mala del hombre", para fomentar "la naturaleza buena del hombre". Yo creo que las leyes han sido mal entendidas, por culpa de quienes son los jueces. Me parece que las normas y leyes, más que reprimir o estar ahí solo para juzgar a "los hombres malos", están con una finalidad más pedagógica, más humanística: velar por el crecimiento de la persona.