miércoles, 20 de noviembre de 2013


“EL TODO Y LA NADA”



“<<Ex nihilo>>, el ente y el cosmos son creados a partir de la nada”

Tomás de Aquino; Suma Teológica, l, 45, 1.



¿Por qué existe algo en lugar de nada? Gran pregunta filosófica. ¿Qué razón justificable hay para que se pueda hablar de la nada? ¿Qué razón epistémicamente justificable hay para hablar del todo como una entidad metafísica? ¿No serán el todo y la nada una construcción lógica de la mente del hombre? Y si fuesen aun entidades metafísicas, ¿por qué no decir que resultaría contradictorio e ilógico pensar que si hay todo, existe al mismo tiempo nada? ¿Existe acaso un lugar para la nada? ¿Cómo la nada ocuparía un espacio en el todo? ¿Es esto posible o, más bien, un absurdo y un sinsentido? Y, por último, dejando de lado el problema de la nadidad, ¿se puede localizar “metafísicamente” al todo?
Para comprender mejor estos conceptos, primero es preciso aclarar eso, a saber, que tanto el todo como la nada son “conceptos” y, de ninguna manera, entidades metafísicas <<eso desde una postura lógico-nominalista, que es la que nosotros aquí sostenemos y defenderemos>>. Sin embargo, en nuestro siguiente ensayo, dedicaremos (A) las primeras líneas a exponer de forma sucinta algunos argumentos idealistas y metafísicos, para después (B) continuar exponiendo el problema de los universales, solamente a modo de mención, y concluir, finalmente, (C) con la postura lógico-nominalista con respecto al todo y la nada.
 
Tenemos entonces, según mi criterio, algunas soluciones preliminares al problema:

A)    Postura Metafísica:

1.      La imposibilidad de pensar la nada, así como el no-ser.
1.1.1.      Si “existe” la nada, el todo no es todo porque si éste es el caso, el todo sería limitado, se convertiría en parte y daría posibilidad ontológica a la nada, algo distinto a él; lo cual es una contradicción. Si, por otra parte y siguiendo a Parménides, se piensa el no-ser, al momento de pensarlo, se entifica y se vuelve ser.

1.1.2.      Es lógicamente contradictorio que a) la nada exista, b) el todo no abarque todo, y c) pensar o decir el no-ser, según el mismo principio del filósofo de Elea.

1.1.3.      Luego, la nada no existe o hace alusión a la no-existencia, a una propiedad nula; lo cual, en términos metafísicos <<también>> parmenídeos, es un sinsentido.

1.2.Si la creación fue ex nihilo en un momento t, y el universo está formado por elementos contingentes.

1.2.1.      Todas las cosas existentes en el universo son contingentes.

1.2.2.      Es lógicamente posible que en algún momento del tiempo, antes de ahora, si las cosas son contingentes, no haya existido nada.

1.2.3.      Si en algún momento t antes de ahora no hubo nada, no habría razón para que ahora hubiera algo; pues ex nihilo nihil fit. Es falso que no haya nada ahora.

1.2.4.      Todas las cosas que existen (hechos formados por “objetos”)[1] son lógicamente válidas, pero no todo lo lógicamente válido existe.

1.2.5.      Lo anterior (2.2) y (2.3), aunque lógicamente posible, es físicamente imposible.

1.2.6.      En nuestro universo, es físicamente -y lógicamente- posible <<y apodíctica>> la Ley de la conservación de la energía[2]; puesto que el hecho de que haya algo -en lugar de nada- es un hecho, valga la redundancia, <<ente>>[3] necesario, no contingente.

1.2.7.      Por tanto, no hay espacio para la nada, qua no-existente, ni las cosas surgen “ex nihilo”, sino que surgen de algo que ya es; i.e., del campo cuántico[4] llamado Campo de Higgs, formado a su vez por partículas denominadas bosones de Higgs.

1.2.8.      Finalmente, la nada no-es nada; lo cual, en sentido lógico, es una simple negación, cancelación o exclusión de un hecho u objeto. Decir que ~ (∃x) (Nx) da como resultado un contrasentido o, en últimas, expresa algo trivial, sin significado ni referencia.

B) Problema de los universales inclinado a favor del nominalismo-lógico.

2. El conocimiento (scientia) no está en lo particular, sino en lo universal; principio de toda epistemología de corte aristotélico.

2a. El conocimiento viene sólo a partir de objetos particulares, y el “universal” es el resultado de una abstracción, conceptualización, categorización o construcción mental.

C)    Postura lógico-nominalista.

3.      Luego, el “todo” y la “nada” son sólo conceptos, constructos lógicos.

3.1.El todo surge de la asumción de que el universo está formado por objetos, y que se puede cuantificar sobre todos ellos, como si fueran una sola cosa; una categoría lógica unificada.
3.2.Y la nada es la simple negación, cancelación o exclusión de un hecho, un concepto cercano al vacío de Teoría de conjuntos; donde el conjunto vacío pertenece a todos los conjuntos, pero ninguno le pertenece a él; sin elementos ni propiedades compatibles con aquellos elementos que sí tienen elementos en sí. Decir "la nada" entifica a algo que se entiende que no es ente; la nada no es realmente ausencia de ser, sino una total negación de ser y, por tanto, ni siquiera es ella misma <<lo cual denotaría la violación del principio de identidad>>.

3.3.Por lo tanto, el todo y la nada, en cuanto conceptos, son constructos lógicos, y no presentan razón suficiente y ni siquiera necesaria para postular de ellos existencia ontológica alguna; pues hacer algo así, implicaría muy probablemente una mitologización filosófica.





[1] WITTGENSTEIN, L.; op. cit.; 1.2.

[2] La energía es la capacidad para realizar un trabajo; una magnitud física o abstracción matemática de una propiedad de los sistemas físicos, a la cual se le pueden asignar valores como resultado de una medición o de una relación de medidas. Cfr. Proyecto Newton; Trabajo, potencia y energía [versión online]; Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado; pp. 5-10; consultado el 16 de noviembre de 2013 de:

[3] Desde la tradición heideggeriana y muchas otras tradiciones, todo lo que hay es ente; e.g., ente es un hecho, ente es un fenómeno, etc. Cfr. HEIDEGGER, M.; Ser y tiempo; FCE; Buenos Aires; 20092; pp. 36-38.

[4] Un campo físico representa la distribución de una magnitud física que muestra cierta variación en una región del espacio-tiempo. Cfr. Proyecto Newton, op. cit., p. 9.

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