“EL TODO Y LA NADA”
“<<Ex nihilo>>, el ente y el cosmos son creados a partir de la nada”
Tomás de Aquino; Suma
Teológica, l, 45, 1.
¿Por qué existe algo en
lugar de nada? Gran pregunta filosófica. ¿Qué
razón justificable hay para que se pueda hablar de la nada? ¿Qué razón epistémicamente
justificable hay para hablar del todo como una entidad metafísica? ¿No serán el
todo y la nada una construcción lógica de la mente del hombre? Y si fuesen aun
entidades metafísicas, ¿por qué no decir que resultaría contradictorio e
ilógico pensar que si hay todo, existe al mismo tiempo nada? ¿Existe acaso un
lugar para la nada? ¿Cómo la nada ocuparía un espacio en el todo? ¿Es esto
posible o, más bien, un absurdo y un sinsentido? Y, por último, dejando de lado
el problema de la nadidad, ¿se puede localizar “metafísicamente” al todo?
Para comprender mejor estos conceptos, primero es
preciso aclarar eso, a saber, que tanto el todo como la nada son “conceptos” y,
de ninguna manera, entidades metafísicas <<eso desde una postura lógico-nominalista,
que es la que nosotros aquí sostenemos y defenderemos>>. Sin embargo, en
nuestro siguiente ensayo, dedicaremos (A) las primeras líneas a exponer de
forma sucinta algunos argumentos idealistas y metafísicos, para después (B) continuar
exponiendo el problema de los universales, solamente a modo de mención, y
concluir, finalmente, (C) con la postura lógico-nominalista con respecto al
todo y la nada.
Tenemos
entonces, según mi criterio, algunas soluciones preliminares
al problema:
A)
Postura Metafísica:
1.
La imposibilidad de pensar la nada, así como el no-ser.
1.1.1.
Si “existe” la nada, el todo no es todo porque si éste es el
caso, el todo sería limitado, se convertiría en parte y daría posibilidad ontológica
a la nada, algo distinto a él; lo cual es una contradicción. Si, por otra parte
y siguiendo a Parménides, se piensa el no-ser, al momento de pensarlo, se
entifica y se vuelve ser.
1.1.2.
Es lógicamente contradictorio que a) la nada exista, b) el
todo no abarque todo, y c) pensar o decir el no-ser, según el mismo principio
del filósofo de Elea.
1.1.3.
Luego, la nada no existe o hace alusión a la no-existencia, a
una propiedad nula; lo cual, en términos metafísicos <<también>> parmenídeos,
es un sinsentido.
1.2.Si la creación fue ex
nihilo en un momento t, y el
universo está formado por elementos contingentes.
1.2.1.
Todas las cosas existentes en el universo son contingentes.
1.2.2.
Es lógicamente posible que en algún momento del tiempo, antes
de ahora, si las cosas son contingentes, no haya existido nada.
1.2.3.
Si en algún momento t antes
de ahora no hubo nada, no habría razón para que ahora hubiera algo; pues ex nihilo nihil fit. Es falso que no
haya nada ahora.
1.2.4.
Todas las cosas que existen (hechos formados por “objetos”)[1]
son lógicamente válidas, pero no todo lo lógicamente válido existe.
1.2.5.
Lo anterior (2.2) y (2.3), aunque lógicamente posible, es
físicamente imposible.
1.2.6.
En nuestro universo, es físicamente
-y lógicamente- posible <<y apodíctica>> la Ley de la conservación
de la energía[2]; puesto
que el hecho de que haya algo -en
lugar de nada- es un hecho, valga la redundancia, <<ente>>[3]
necesario, no contingente.
1.2.7.
Por tanto, no hay espacio para la nada, qua no-existente, ni las cosas surgen “ex nihilo”, sino que surgen de algo que ya es; i.e., del campo cuántico[4]
llamado Campo de Higgs, formado a su vez por partículas denominadas bosones de
Higgs.
1.2.8.
Finalmente, la nada no-es
nada; lo cual, en sentido lógico, es una simple negación, cancelación o
exclusión de un hecho u objeto. Decir que ~ (∃x) (Nx) da como resultado un contrasentido o, en
últimas, expresa algo trivial, sin significado ni referencia.
B) Problema de los
universales inclinado a favor del nominalismo-lógico.
2. El conocimiento (scientia) no está en lo particular,
sino en lo universal;
principio de toda epistemología de corte aristotélico.
2a. El conocimiento viene
sólo a partir de objetos particulares, y el “universal” es el resultado de una
abstracción, conceptualización, categorización o construcción mental.
C)
Postura lógico-nominalista.
3.
Luego, el “todo” y la “nada” son sólo conceptos, constructos lógicos.
3.1.El todo surge de la
asumción de que
el universo está formado por objetos, y que se puede cuantificar sobre todos ellos, como si
fueran una sola cosa; una categoría lógica unificada.
3.2.Y la nada es la simple negación,
cancelación o exclusión de un hecho, un concepto
cercano al vacío de Teoría de conjuntos; donde el conjunto vacío pertenece a
todos los conjuntos, pero ninguno le pertenece a él; sin elementos ni
propiedades compatibles con aquellos elementos que sí tienen elementos en sí. Decir
"la nada" entifica a algo que se entiende que no es ente; la nada no es realmente ausencia de ser, sino
una total negación de ser y, por tanto, ni
siquiera es ella misma <<lo cual denotaría la violación del principio de identidad>>.
3.3.Por lo tanto, el todo y la nada, en cuanto
conceptos, son constructos lógicos, y no
presentan razón suficiente y ni
siquiera necesaria para postular de ellos existencia ontológica alguna; pues
hacer algo así, implicaría muy probablemente una mitologización filosófica.
[1] WITTGENSTEIN, L.; op. cit.; 1.2.
[2]
La energía es la capacidad para
realizar un trabajo; una magnitud física o abstracción matemática de una
propiedad de los sistemas físicos, a la cual se le pueden asignar valores como
resultado de una medición o de una relación de medidas. Cfr. Proyecto Newton; Trabajo,
potencia y energía [versión online]; Instituto Nacional de Tecnologías
Educativas y de Formación del Profesorado; pp. 5-10; consultado el 16 de
noviembre de 2013 de:
[3]
Desde la tradición heideggeriana y muchas otras tradiciones, todo lo que hay es ente; e.g., ente es un
hecho, ente es un fenómeno, etc. Cfr. HEIDEGGER,
M.; Ser y tiempo; FCE; Buenos Aires;
20092; pp. 36-38.
[4]
Un campo físico representa la
distribución de una magnitud física que muestra cierta variación en una región
del espacio-tiempo. Cfr. Proyecto
Newton, op. cit., p. 9.