miércoles, 22 de mayo de 2013

La escatología en la Edad Media como un medio de influencia en la población

La escatología en la Edad Media como medio de influencia en la población.

En la tradición cristiana el término escatología “designa las ideas relacionada con el fin del mundo o los acontecimientos que conducen a su conclusión con el juicio final.”[1] Normalmente las ideas escatológicas están acompañadas de milenarismo[2] que corresponde a una llegada de un reino de paz antes de la llegada del Juicio Final.

El Juicio Final


            San Agustín tuvo fuerte influencia en la ideas escatológicas, más que en la milenaristas que se daban desde los inicios del cristianismo. Así en su obra la Ciudad de Dios declara: “que la Iglesia representa el regnum Christi a pesar de la presencia de pecadores en su seno. Asimismo, ….parte de la idea de que el nacimiento de Cristo marcaba el comienzo de la última era del mundo.” Pero siempre guardando como oculta la fecha del fin del mundo. También, seguida de la idea de que habría una conversión de los judíos y que aparecería un Anticristo el cual perseguiría a los cristianos. Entonces, se puede decir que los acontecimientos escatológicos que marcarían el fin del mundo eran: la conversión de los judíos, la llegada del Anticristo y la persecución de los cristianos y el Juicio Final.



El Juicio Final


            Las ideas escatológicas en la Edad Media vendrían cambiando o modificando su contenido, así se ve en la opinión de San Jerónimo: “el Anticristo es de origen judío, procede de Babilonia y ejercerá el poder durante tres años y medio. Su muerte tendrá lugar cuarenta y cinco días antes del Juicio Final”[3] Por otro lado, vemos como a esta idea de San Jerónimo le sigue por ejemplo la de Remigio de Auxerre quien imagina que: “la aparición del Anticristo que habrá de preceder al fin del mundo, no tendrá lugar hasta después de la dispersión de los reinos del Imperio romano. Nacido en Babilonia en la tribu de Dan, el anticristo comenzará ganándose la adhesión de los judíos a su causa.” Entonces, Remigio ya inicia con la inclusión de algunas variantes a lo dicho por Jerónimo. Pero las ideas escatológicas en la Edad Media tendrán incluida la llegada del Anticristo.

Remigio de Auxerre

            Durante el trascurso de los siglos en la Edad Media van apareciendo quienes le van haciendo adiciones o modificaciones a esta idea escatológica del fin del mundo, pero se puede percibir que es utilizada como un medio de control sobre el pueblo: “La alusión al Juicio Final, que estaría más o menos próximo, pero cuya fecha permanece siempre oculta, aparece así como un método educativo empleado por la Iglesia de un modo intencionado. El objetivo es inspirar miedo pero sin paralizar a las gentes.”[4]


El fin del mundo



            Para el siglo X y siguientes las tendencias cambian más sobre los aspectos escatológicos como los dicho por Adson de Montier que indicaba en su obra De ortu et tempore Antichristi que “un último rey de los francos-el último y más grande- gobernará el conjunto del Imperio romano. Pasado un tiempo depondría su corona y su cetro en el Monte de los Olivos, en Jerusalén. Justo ese momento marcaria la aparición del Anticristo.”[5] Y en ese lapso después del triunfo del imperio romano habría un tiempo de paz, lo cual parece indicar un elemento mileniarista. Asimismo, se inicia la aparición de varias variantes mas, donde inclusive se ve al papa en turno como al Anticristo, ya que es donde aparecen los críticos de la Iglesia que denuncias su actos y que además sumado al Cisma que presenta en su interior.

Joaquín de Fiore



            Aparece en Italia Joaquín de Fiore donde divide todo en tres estadios: el primero, la edad del padre, la edad del Hijo y en un tercer estadio la edad del Espíritu Santo. Fiore “relaciona también el paso del segundo al tercer estado con violentas persecuciones que sufrirá la cristiandad, atacada por poderes anticristianos, por los sarracenos y por el auténtico Anticristo, que se supone había ya nacido en Roma y que por lo tanto no vendrá de Oriente como lo dictaba la tradición, sino que estará y crecerá en Roma y actuará contra la propia Iglesia. Fiore tendrá una amplia aceptación entre los franciscanos quienes le retomaran sobre todo lo referente a la parte donde un estado de paz en el tercer estadio, el del Espíritu Santo. También, los lapsos para el Juicio Final y el fin del mundo se agrandan a varios siglos. Así con éstas influencias de Fiore y los franciscanos aparecen otras tendencias: los apostólicos, los beguinos, los flagelantes y el movimiento husita. Entre ellos algunos más radicales en sus críticas a la Iglesia que la veían muy corrompida y que necesitaba purificarse. Algunos de ellos llegando a extremos en donde esta purificación era donde los hombres debían de estar preparados para el día del Juicio Final y eliminando a los pecadores aún con la muerte. Aparecen figuras como Vicente Ferrer y San Bernardino de Siena en donde ambos se combaten uno por su exhortación a las multitudes  y donde indicaba que el Anticristo tenía nueve años, y Bernardino que era más de tendencia milenarista ya que anunciaba una evolución positiva y que se habría una paz.

San Bernardino de Siena



            La escatología formó parte de la Edad Media como un medio de control por parte de la Iglesia pero también como un medio de críticas a la misma. Conservando varios factores: el Juicio Final, el fin del mundo, la llegada del Anticristo y el toque milenarista de que existirá un periodo de paz y armonía y que la Iglesia seria renovada.




[1] Goff. Jacques Le, Schimitt, Jean Claude. Diccionario razonado del occidente medieval, tr. Ana Isabel Carrasco Machado, Akal, Madrid, 2003, p.252.
[2] También podría entenderse como quiliasmo que “denomina a toda creencia en el advenimiento de una renovación radical del género humano y en la instauración de un estado de perfección definitivo. El Apocalipsis de San Juan es el mayor documento de una creencia semejante, creencia que fuera muy frecuente en los primeros tiempos del cristianismo y que a menudo volvió a presentarse en la Edad media.” Abbagnano, Nicola, Diccionario de filosofía, actualizado y aumentado por Giovanni Fornero, 4ª ed., Fondo de Cultura Económica, México, 2004, p.877.
[3] Goff, Jacques..op.cit., p. 252.
[4] Ibid.,p. 253.
[5] Ibid., p.254.

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