domingo, 27 de mayo de 2012

La filosofía de Abelardo, un esbozo


Pedro Abelardo (Le Pallet 1079 - Charlons, 21 de abril de 1142). El trabajo filosófico de Abelardo, se sitúa en el siglo XII una época de intensa producción intelectual,  sobre todo en el ámbito filosófico, humanista y teológico.  Fueron tiempos de florecimiento cultural  y espiritual, pero en función de la fe y de la religiosidad, cabe poner atención a la importancia que se le dio a los cantares, a las abadías, a los monasterios, a las órdenes de caballeros cristianos,  a las primeras construcciones góticas,  a las universidades[1]. Eran pues tiempos donde la cultura, el intelecto y la razón apelaban a la fe y a la espiritualidad.  Estos fueron los tiempos donde Abelardo inició su brillante carrera filosófica, donde era inevitable iba a chocar contra los teólogos medievales mas importantes de ese momento.
   Abelardo aborda varios temas pertinentes al pensamiento medieval, pero se enfrenta de lleno al problema de los universales, que era el gran tema del momento en la filosofía medieval. Abelardo se opone con furia al realismo de Guillermo de  Champeaux, a quien, a pesar de haber sido su maestro, no duda en refutarlo duramente, también ataca la postura nominalista propuesta por Roscelino de Compiègne. Estas dos eran las principales posturas que pretendían dar respuesta al problema de los universales heredado desde los tiempos de Aristóteles y Platón, traídos al mundo medieval por Boecio.
   “Los universales no consisten sino en el fonema, son meras voces que a nada responden en la realidad ni en el pensamiento”[2]. Afirmaba la postura nominalista, negaba la existencia de los universales dando lugar solo a particulares, los universales solo eran considerados fonemas, solo sonidos, meras voces, para Abelardo los sonidos tenia significación ya que eran realidades mentales.
   Por otro lado, el realismo que afirmaba la posición de platón acerca de los universales, decía que había cosas existentes. Que existen en un mundo metafísico, de las cuales se decían otras cosas (nombres) pero que todas estas eran imágenes, referencias de la cosa real, de la cosa existente, hay círculos porque existe la circularidad.
   Abelardo refutó también esta postura sobre todo la propuesta por Guillermo de Champeaux, con su teoría de la identidad, "la especie es una e idéntica y su esencia se encuentra toda y de la misma manera en todos y en cada uno de los individuos[3]"  decía, ante lo cual Abelardo refutó mediante el argumento de la predicabilidad del universal, asegurando que solo los nombres se pueden predicar y que es ilógico afirmar un “hombre” a razón de otro, siendo también esto muy complicado de sostener en un plano de lo real. Refuto de igual manera la teoría de la indiferencia también perteneciente a Guillermo, quien abandono su primera tesis, aunque de igual modo abandono la segunda, tras esto se retiró de la enseñanza a causa de la brillantez de su propio discípulo.
   Ante estas contraposiciones quedaba la duda entonces de a que postura pertenecía Pedro Abelardo, o cual era la tesis que defendía. “Dos interpretaciones se han enfrentado: la de quienes han sostenido que Abelardo fue un conceptualista y que interpretó los universales como "concepciones del espíritu", y la de quienes han declarado que […]se mantuvo en el fondo, dentro de la misma corriente nominalista[4]…, y en cierto modo era así, para Abelardo lo real era singular. Para Abelardo un universal era un nombre, con un significado, relacionando la significación con lo significado. Pero después dijo que “son las cosas las que prestan fundamento al entendimiento para que predique de ellas una misma significación”[5], Abelardo siempre impuso la res a la vox, basando la universabilidad en la propiedad de la predicabilidad.
   Aunque el método que Abelardo utilizo era un tanto confuso y difícil, que se prestó a otro tipo de interpretaciones, porque  también se le llego a considerar un realista moderado. Su pensamiento fue avanzado y más profundo para su tiempo, aunque siempre quedara a discusión cual fue la postura que el defendió, nominalismo, realismo, conceptualismo; tuviera el nombre que fuera la postura de Abelardo significo un antecedente importante al pensamiento medieval.
   



[1] Abelardo, Pedro, Historia de mis desventuras, Centro editor de América Latina, Buenos Aires, pag. 4.
[2] Ibid, pag. 5.
[3] Idem.
[4] Ferrater Mora, José, Diccionario de Filosofía, Alianza, Madrid 1979, pag. 5.
[5] Op. Cit., pag.6.

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