Abu Bakr ibn Yahya ibn
al–Saig ibn Bayya o mejor conocido como Avempace, nace entre 1070 y 1080 de una
familia de plateros de Zaragoza. Teniendo en mente un viaje a Egipto que no se
llega a realizar, escribe a su amigo que lo esperaba en esta población La Carta
del Adiós. Entre sus obras podemos encontrar El Régimen del Solitario, Tratado de la Unión del Intelecto con el
Hombre, Carta del Adiós, Sobre las Plantas y comentarios a diversas obras
de Aristóteles como: Órganon, Física,
Sobre la Generación y Corrupción, Sobre el Alma, etc. En 1139 muere
misteriosamente asesinado en Fez, tal vez por enemigos suyos de la clase
médica.
En el Islam originariamente hay un concepto de sabiduría
(hikma) que abarca el saber teórico
tanto como el práctico, del mismo modo existía ya una palabra para lo que en Occidente
se le conoce como filosofía (falsafa). Avempace,
en cierto sentido, es un crítico de las ideas platónicas y de igual modo de el
aristotelismo, de ahí que su filosofía contenga las siguientes características:
primera; posee un marcado carácter religioso, segunda; se tiene la convicción
de que filosofía y religión coinciden pues la fuente de la verdad de ambas es
solamente una y la misma: Dios, tercera; busca la dimensión práctica de su
pensamiento, completando el ideal de vida griego de la pura contemplación, cuarta;
el proceso racional lo culmina en estados místicos que sobrepasan el
conocimiento estrictamente lógico.[1]
En la península Ibérica se instaló el Islam en el 714 y
toma el nombre de al–Ándalus y pronto, la cultura musulmana se implanta en su
suelo. Pero muy pronto, Aristóteles empieza a entrar en el al-Ándalus tanto en
sus mismos textos como atrevés de los comentarios sobre todo de al-Farabi, y lo
primero que se conoce y domina es el Órganon
y la lógica. A partir, pues, de Avempace, Aristóteles empieza a ocupar el
primer plano del pensamiento occidental, primero musulmán y luego cristiano[2].
El desconocimiento de Avempace hasta 1900 y lo mucho que
aún falta por saber de su obra y pensamiento, se debe principalmente y ante
todo a la sombra que Averroes, ejerce sobre este, ya que occidente tuvo más que
suficiente con los averroístas. La cantidad de manuscritos de Avempace es casi
nula a comparación de la de Averroes y además se hicieron versiones latinas de
este último, cosa que no sucedió con Avempace en parte porque su pensamiento no
es de fácil interpretación ya que sus obras fueron escritas con suma rapidez o
como apuntes o textos inconclusos, lo que lo hace sumamente difícil.
La lógica de Avempace, tiene la peculiaridad de no seguir
al pie de la letra el pensamiento de Aristóteles, sino que rompe en muchas
ocasiones con éste. La lógica de este zaragozano es importante porque representa el resultado
de la evolución anterior a la lógica aristotélica, tanto griega, oriental y
andalusí, a la vez que constituye el puente de unión con la tradición posterior
árabe.[3]Pero
no con todo el pensamiento de Aristóteles estaba en desacuerdo; incluso para
Avempace el ideal de la vida humana como para el mismo Estagirita es la
sabiduría, si se entiende ésta como contemplación.
La filosofía de Avempace se centra en la teoría de las formas
para éste las formas son tal cual las percibía Aristóteles. Avempace lleva a
cabo diversas clasificaciones de las formas, desde varios puntos de vista, pero
su filosofía se encuentra sumamente
enfocada al ser humano:
Formas de nivel corporal.
*La
forma de la materia tangible y visible espacio temporal.
*La
forma o alma vegetativa
*La
forma o alma animal con los sentidos externos (vista, tacto, oído, gusto y
olfato)
Formas de nivel espiritual.
*Las
formas que constituyen los sentidos internos (imaginación, sentido común,
memoria).
*La
forma que es la razón humana.
Formas de nivel intelectual.
*La forma que es
el intelecto pasivo individual de cada persona.
*
La forma que es el intelecto adquirido de cada persona.
*
La suprema forma que es el intelecto agente universal.[4]
La más resaltante de esta clasificación es el llamado
“intelecto agente”, que se puede encontrar en algunos aristotélicos posteriores
como Sto. Tomás de Aquino. Este intelecto agente Avempace lo vislumbra como si
fuese Dios, es decir cuando te unes al intelecto agente te unes con el mismo
Dios. El que la unión con el intelecto agente sea la misma que con Dios parece
desprenderse de las mismas palabras de Avempace a lo largo de toda su obra,
aunque no llega a decirlo con toda claridad. En este sentido, el intelecto
agente parece tratarse o bien del mediador o intermedio filosófico que hay
entre la trascendencia de Dios y el ser humano. En cualquier caso es claro el
sentido religioso que Avempace da a su unión mística, a pesar de la expresión
filosófica que da a la misma y al intelecto agente.[5]
No sólo Avempace fue un filósofo, sino también y esto es algo que olvidamos, Avempace se dedico
a la botánica, a la medicina, a la física y que tal vez sus teorías de astronomía
fueron precursoras para Galileo. Pero fue mucho más reconocido en la poesía y
en la música; en la poesía aun se conservan algunos escritos suyos y en la
música él mismo afirma haberse dedicado a este arte y esto es confirmado por
los testimonios de Jaqan y al-Maqqari, por otra parte escribió un discurso
sobre las melodías musicales.
Tal vez Avempace fue un filósofo desconocido durante años
pero, tal vez, influyó más de lo que creemos en el pensamiento de la Edad Media.
Con Averroes aunque jamás se conocieron personalmente, éste estaba al pendiente
de la vida del zaragozano. El propio Maimónides lo cita elogiosamente en varias
ocasiones en especial de su obra Guía de
los perplejos. Sto. Tomás y Alberto Magno confrontan sus ideas de la no
inmortalidad del alma. Avempace incluso, no de manera directa, pudo haber
influido algunas ideas de Spinoza, lo que demuestra que su pensamiento, aunque
olvidado fue trascendente.
BIBLIOGRAFIA
Lomba,
Joaquín. Avempace, Ediciones del Orto, Madrid España, 1995
[1]Cf. Lomba Joaquín, 1995. Avempace, Madrid España, Ediciones del Orto.
[2]
Cf. Ibíd. P. 14
[3]
Cf. Ibíd. P. 20
[4]
Ibíd. P. 22
[5]
Cf. Ibíd. P. 30