"En la Antigüedad clásica, la palabra ・・magia・・ se refería en primer
lugar a las artes de los magos, los sacerdotes zoroástricos
de Persia que conocieron los griegos al menos en el
siglo V a.C."[1]
La magia tiene y siempre ha tenido que moverse dentro de lo oculto,
aquello que no cualquiera tiene acceso y que por ello se rumorea de lo que es,
y que incluso puede crecer como un chisme de lavanderas. Estas actividades al ser desconocidas para griegos y romanos, pronto se
articularon a algo oscuro y de temer, así cuando los griegos y romanos
desarrollaron algo similar causaron el mismo efecto.
A lo largo de los siglos se ha ido mezclando la magia o las tradiciones
mágicas de diversas culturas, de los magos persas con los griegos, y a su vez
los hebreos tuvieron también contacto con los caldeos. Se puede pensar que los
dioses o panteones cambian pero los rituales parecen muy similares,
consistiendo generalmente en obligar a estos espíritus a cumplir con su deseo.
"Hablando en términos
generales, los intelectuales de la Europa medieval reconocieron dos formas de
magia: la magia natural y la magia diabólica. La magia natural no se distinguía
de la ciencia, sino que era propiamente una rama de ella. En concreto, era la
ciencia que se ocupaba de las ・・virtudes ocultas・・ (o poderes ocultos) de la
naturaleza. La magia diabólica no se distinguía de la religión, sino que era
una derivación perversa de ella. Era la religión que se alejaba de Dios y pedía
a los demonios ayuda para la resolución de asuntos humanos." [2]
Aquí debe subrayarse como la religión católica
sumergía al resto, otras creencias, en la herejía, por dar un ejemplo los
dioses griegos todos ellos los cuales tenían ciertas virtudes y a los cuales se
les pedía ayuda según sus habilidades, para el catolicismo todos éstos eran
rebajados a ser simples demonios. Si griegos y romanos tenían el poder de curar
era porque estaban en contacto con sus dioses, pero para los cristianos estos
eran demonios puesto que solo había un Dios. Pues sólo
hay un Dios así toda deidad que no sea el Dios verdadero se vuelve un demonio. Todos
los dioses paganos fueron relacionados con demonios, o con el diablo, dándose
está oposición entre Dios y el diablo y sus seguidores. Con esto a su vez se
ajustaba la iglesia a las religiones locales relacionando su dios de la muerte
(el mal por así decir) a Satanás, el Diablo, Big horn, etc. Esto a lo largo del
helenismo hasta el siglo XII aproximadamente.
Pero los límites que había entre una magia y
otra son muy difusos pues hay mezclas de curaciones con rezos. La astrología no
está diferenciada de la astronomía hasta el XV donde comienzan a hacerse estas
distinciones. Y a pesar de que puede quedar una sentencia que clasifique la
magia diabólica como todo ritual que no sea permitido por la iglesia católica,
quedan muchos huecos en estas al igual que puede haber lagunas en la ley más
firme.
Según la definición aceptada ya en el XIX y XX
sobre la magia “la característica
principal de la religión es que suplica a Dios o a los dioses, mientras que la característica fundamental de la magia es que obliga a seres o fuerzas
espirituales."[3]
Sin embargo los límites no son tajantes, pues la magia natural o
ciencia, trataba de controlar aspectos naturales a través de hierbas pero también usaban
rezos, y/o rituales que no eran
católicos. No hay ni ha habido distinciones claras entre los rituales mágicos
demoniacos y los rituales de la iglesia. Además en rituales diabólicos muchas
veces se invocaba el nombre de Dios para dominar a los demonios, ángeles o a
personas.
"En el caso de la magia diabólica, hubo magos
que creyeron poder obligar a los demonios,
pero solo porque previamente habían suplicado a Dios y obtenido el poder divino sobre ellos."[4]
En los siglos XI-XII la magia natural comienza
a verse como una alternativa de la magia diabólica, he aquí porque inicia una
mayor fuerza en la Santa Inquisición y se comienza a condenar las prácticas
adivinatorias, y las dificultades entre ciencia y magia que pudieron aludir a
la naturaleza “científica” al igual que a poderes ocultos de la naturaleza.